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El presidente del BCE, Mario Draghi. :: KAI PFAFFENBACH / REUTERS
Economia

El BCE abre la puerta a otro recorte de tipos tras rebajar el crecimiento de la zona euro

Draghi destaca que los bancos ya han devuelto por anticipado 224.800 millones de la 'barra libre' de financiación

ALMUDENA DE CABO
BERLÍN.Actualizado:

El consejo del Banco Central Europeo (BCE) se muestra de nuevo dividido respecto a la oportunidad de rebajar otra vez los tipos de interés en la zona euro. El presidente de la institución, Mario Draghi, anunció ayer en rueda de prensa que el precio oficial del dinero se mantendrá sin cambios en el nivel del 0,75% en que se sitúa desde hace nueve meses, pero admitió que la decisión se había tomado por consenso, no por unanimidad. «Debatimos la posibilidad», de un descenso, reconoció. Pero puntualizó que la ausencia de coincidencia no implica un compromiso de cara a un recorte futuro.

Las voces que defienden otro recorte encontraron apoyo en la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento. La economía del conjunto de los diecisiete países que comparten moneda va un poco peor. El BCE prevé para este año una contracción que, de media, se sitúa en el 0,5%, frente a la caída del 0,3% que su servicio de estudios había estimado el pasado diciembre. Los negativos datos del último trimestre le han inducido a este cambio.

También se oscurecen las expectativas de 2014, y se sugiere un débil ritmo de expansión del 1% como promedio, igualmente inferior al proyectado hace apenas tres meses. Pese a estas modificaciones, Draghi confirmó las esperanzas de que una lenta recuperación económica arrancará en la segunda mitad del año en curso. Junto a la atonía de la actividad, el instituro emisor ha constatado el cumplimiento de su principal objetivo. La inflación no rebasará el techo de la estabilidad de precios, y las previsiones colocan ahora la horquilla de este año entre el 1,2% y el 2%, con una media del 1,6%, y la de 2014 entre el 0,6% y el 2%, con el 1,3% en promedio.

El presidente del BCE se mostró ligeramente más optimista de lo habitual al señalar que la fragmentación en los mercados financieros de la zona euro ha disminuido últimamente. Esa fragmentación, que no es sino el reflejo de los recelos que unos agentes manifiestan sobre otros, dificulta que los efectos de las decisiones de política monetaria lleguen a la economía real, y es un obstáculo para que empresas y familias tengan acceso al crédito. En su opinión, el hecho de que los bancos de los 17 países de la zona euro hayan devuelto ya 224.800 millones de euros, prestados por el BCE en las famosas «barras libres de dinero» decididas por Draghi en diciembre de 2011 y febrero de 2012, es una buena señal y refleja avances en la confianza de los mercados financieros.

Inquietud por Italia

La reunión del consejo de gobierno del BCE estuvo marcada por los resultados de las elecciones italianas que han llevado de nuevo la inseguridad a los mercados. Sobre su país de origen, Draghi defendió que el ajuste fiscal continuará automáticamente y comentó que los mercados se han recuperado tras el nerviosismo inicial ante un futuro incierto en el Gobierno del país transalpino. «Los mercados entienden que vivimos en democracia», afirmó el dirigente del BCE, tras evocar que el contagio a otros países se ha amortiguado, algo que «muy positivo».

El presidente del BCE instó a Italia a continuar con las reformas. «Es muy importante si se quiere tener credibilidad en los mercados», dijo, y volvió a recordar que su programa de compra de deuda soberana de países en crisis tiene la condicionalidad de que los gobiernos acudan a los fondos de rescate para someterse a duros programas de ajuste.

El presidente del instituto emisor también comentó problemas que afectan a ciertos países de la zona euro. El paro «es una tragedia, pero el desempleo juvenil es un drama todavía mayor», afirmó en su comparecencia. Y atribuyó a «una legislación laboral que ha puesto el peso de la flexibilidad en los jóvenes», la realidad de que, en economías igualmente débiles, el paro de los de menor edad no sea uniformemente alto. España y Grecia tienen el récord.