Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Sociedad

Acusan a otro purpurado de encubrir a un pederasta

A la segunda jornada de las congregaciones asistieron 148 cardenales, de los que 110 tienen derecho a entrar en el cónclave

I. DOMÍNGUEZ
ROMA.Actualizado:

La presión de la opinión pública se está convirtiendo en un factor decisivo y novedoso del cónclave, pues son las víctimas de curas pederastas y los medios los que están apuntando a algunos cardenales responsables de encubrir abusos. Y la lista ha subido a siete con las acusaciones contra el arzobispo emérito de Santiago de Chile, Francisco Javier Errázuriz, de 79 años. Se debe a un caso ya conocido que conmocionó al país, el del sacerdote Fernando Karadima, párroco de un barrio de clase alta de Santiago que fue denunciado por cinco víctimas, entre ellas un médico y un periodista que ahora aseguran que «Errázuriz en vez de participar en el cónclave debería estar en la cárcel».

Le reprochan no haber prestado atención a las denuncias ni a las víctimas desde 2003. El caso no es nuevo pero, como en otros similares, que Errázuriz vaya a elegir al nuevo Papa o incluso pueda serlo él ha reavivado la polémica más allá de las fronteras chilenas.

Todo comenzó hace dos semanas con Roger Mahony, el arzobispo de Los Ángeles. Fue el primero con quien empezó una campaña para evitar que asistiera al cónclave. De ese modo se recordaron casos ya olvidados, como el del belga Danneels y el irlandés Brady, y otras víctimas se movilizaron contra Rivera en México y este lunes contra Calcagno en Italia. Además, la semana pasada salieron a la luz denuncias de abusos contra el escocés O'Brien, que al final dimitió y anunció que no iría a Roma.

Por otra parte, ayer se pasó de nuevo lista en las reuniones de cardenales y asistieron 148, de los que 110 tienen derecho a entrar en el cónclave. Seguían faltando cinco, pero por la tarde llegó el egipcio Naguib. Quedan el alemán Lehmann, el polaco Nycz, el vietnamita Pham Minh Man y el chino Tong Hon. Todos aseguran que vienen. La presencia de los cardenales electores es importante para decidir por fin la fecha del cónclave.