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Chad venga la matanza de la planta de gas argelina

G. E.
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Chad aseguró ayer que sus tropas desplegadas en Malí han abatido a Mojtar Belmojtar, alias 'El Tuerto', cerebro del ataque a la planta de gas de In Amenas el pasado mes de enero y, asimismo, responsable del secuestro de los tres cooperantes españoles de la ONG 'Barcelona Acció Solidaria' en noviembre de 2008. El Ejército de aquel país difundió un comunicado en el que también se atribuía la destrucción de la principal base de los yihadistas en el valle de Ametetai, situado en el macizo de Adrar, su bastión en Malí. El anuncio tiene lugar tan solo tres días después de que se hiciera pública la muerte de Abdelhamid abu Zeid, otro de los líderes islamistas en el Sáhara y también atribuida a las fuerzas de Yamena. Curiosamante, ninguna de las dos informaciones ha sido confirmada por París, Argel o Bamako.

La desaparición de los dos caudillos, conocidos rivales, supondría un duro revés para Al-Qaida del Magreb Islámico (AQMI), la organización radical más importante de todas las que operan en el Sahel. Mojtar belmojtar es la figura más conocida, aunque en realidad ya no pertenecía a sus filas tras su destitución como jefe militar en octubre del pasado año.

'El Tuerto' había tomado la iniciativa al mando de su propio grupo, 'la brigada de los enmascarados', con la que había perpetrado varios golpes en los inmensos territorios desérticos de Mauritania y Argelia. Su mayor atentado, realizado el 16 de enero, tuvo como escenario las mencionadas instalaciones gasísticas, implicó la retención de cientos de trabajadores extranjeros y se saldó con la muerte de 37 empleados y 29 terroristas. Las actuaciones en solitario eran reivindicadas en directa conexión con Al-Qaida, la entidad que ahora dirige el médico egipcio Ayman al-Zawahiri.

El argelino Abu Zeid, el primer objetivo de las fuerzas armadas chadianas, lo sustituyó al frente del brazo armado del AQMI. Su verdadero nombre era Mohamed Gadir y se trataba de un líder histórico del movimiento islamista en el norte de África. Proveniente del Frente Islámico de Salvación y el posterior Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, la milicia que lo reemplazó tras la ilegalización, su actividad ha ido encaminada a la propagación de la lucha armada en toda la región saheliana. A él se le adjudica la violenta aplicación de la sharia en la ciudad de Tombuctú y la destrucción de las tumbas sufíes. También se le relaciona con el secuestro en los últimos cinco años de una veintena de occidentales, mayoritariamente franceses.