Un punto más, lo mejor de la cita

Otro punto más. Lo mejor del partido que ayer disputó el San Fernando contra el Écija, al que le faltó ritmo y le sobraron pelotazos, sobre todo por el viento que soplaba, lo que dificultaba la precisión de los pases en largo. Eso sí, ambos equipos gozaron de ocasiones claras para decantar el encuentro de uno o de otro lado, pero el cero a cero no se movió del marcador. Los azulinos pusieron algo de más empeño en determinados momentos del partido, especialmente en el último cuarto de hora, pero esta vez no hubo premio.

No fue hasta el minuto 17 cuando los aficionados se levantaron por primera vez de los asientos. En una jugada de Pedro Carrión, el balón llega a Carlitos, que se encuentra en el área pequeña sin esquivar la salida del portero y este último truncó la ocasión. El susto espabiló a los visitantes y, tras fallo de Sambruno, Coco se plantó solo ante David Zamora, que atajó por raso, mostrándose de nuevo muy seguro en todas sus intervenciones.

En el minuto 41 casi llega lo que hubiera sido el gol de la temporada. Álvaro, uno de los mejores del encuentro sin miedo a encarar y rompiendo siempre la defensa rival, deja en el suelo a su marcador y su centro pasado lo recoge Adri Cuevas, que la vuelve a colgar para que Carrión remate en una perfecta chilena, a la que le faltó fuerza y colocación, dirigiéndose a las manos del guardameta Ramón.

En la reanudación, el Écija fue el que casi sorprendió con varias ocasiones que hicieron esforzarse a Zamora. Primero por abajo y luego por arriba. A partir de ahí se fue haciendo el conjunto azulino con el partido, pero sin hilar ninguna jugada y sin lograr llevar un peligro claro a la portería del Écija, que parecía que daba ya por bueno el empate.

Pero el San Fernando en su estadio siempre deja el último cartucho para un cuarto de hora antes de que finalice el partido. Pallarés salió al campo con la intención de ser el revulsivo, como ocurrió hace dos semanas, y a punto estuvo de dar la victoria. En un córner, Germán peinaba y Pallarés tocaba el balón demasiado forzado cuando sólo tenía que empujarla para marcar, rozando el palo. Ya no hubo nada más, pero se sumó otro punto. Y no es poco.