El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. :: JAVIER LIZÓN / EFE
Economia

Qué hacer ante un año perdido

El arranque de 2013 confirma los peores augurios: la inflación rebasa la media de la zona euro y se hunden inversión y consumo Los expertos aportan ideas para relanzar la actividad sin mayor contribución de recursos públicos

MADRID Actualizado: Guardar
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.. El Gobierno no quiere hablar de brotes verdes en la economía española. Tampoco tiene motivos. En el arranque de 2013 se han confirmado los peores augurios. El Instituto Nacional de Estadística acaba de elevar en una décima su primera estimación de inflación. Con datos de enero, los precios están subiendo en España a un ritmo del 2,7%, siete décimas más que en el promedio de los socios del euro.

Es un lastre para la competitividad, y una evolución poco compatible con una economía en franca recesión. El Producto Interior Bruto de España cayó el 1,4% el pasado año, algo menos de lo previsto, pero con trayectoria descendente. Nada menos que ocho décimas se desplomó la actividad en el cuarto trimestres respecto al tercero. Y el Banco de España, sobre los datos adelantados de que ya dispone, constata que, en lo que va del actual ejercicio, tanto la inversión como el consumo siguen fuertemente deprimidos.

El sector exterior es la única referencia positiva que se puede exhibir. La balanza corriente, que es el reflejo de los intercambios con el exterior, ha cerrado el pasado año con números rojos de 8.257 millones, un 78% menos que en el año anterior. Mes a mes, diciembre fue el sexto consecutivo que registró capacidad de financiación neta. Y se ha corregido, aunque solo en parte, la fuga de capital extranjero.

El 2013 será otro año perdido. El Gobierno, aunque rechaza de plano cualquier acusación de fatiga reformista, dosifica los cambios a cuentagotas, y no acaba de anunciar ese calendario a medio plazo que le ha reclamado el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. La oposición le acusa de estar ocupado con otros conflictos, con los asuntos de corrupción en primer plano. Al margen de las grandes reformas, fiscal, energética o de pensiones, ¿qué se puede hacer para no desperdiciar el tiempo? Y, sobre todo, ¿qué iniciativas están al alcance de las empresas de menor tamaño?

Hay acciones que se pueden emprender ya, coinciden Luisa Alemany, directora del Instituto de Iniciativa Emprendedora de la escuela de Negocios Esade, y Ofelia Marín-Lozano, al frente del Departamento de Economía del Círculo de Empresarios. «De la crisis saldremos con una internacionalización de la economía», afirman ambas, en conversaciones mantenidas por separado.

Esade, junto a la Fundación Príncipe de Girona, ha sugerido 30 recomendaciones en su informe 'Aprender a emprender'. Y el Círculo de Empresarios acaba de publicar sus 'Propuestas de crecimiento económico desde la perspectiva de la empresa española'.

Conocimientos

Alemany aporta ideas sencillas, en las que el Estado no tendría que aportar recursos. La internacionalización de las pymes se suele ver obstaculizada por el desconocimiento de la lengua y del país de destino, sobre todo cuando se trata del área de los emergentes. «En España tenemos tres de las mejores escuelas de negocios del mundo», evoca. Y añade que algunos de sus mejores alumnos, indios, por ejemplo, estarían felices de obtener un visado para trabajar por tiempo limitado en empresas españolas, a las que podrían aportar su conocimiento de los lugares de origen. ¿No tendría sentido engancharse al grupo de países que buscan captar talento cuando estamos ofreciendo incentivos como permisos de residencia a cambio de la compra de pisos?

Marín-Lozano, por su parte, destaca que la época de mayor prosperidad de España, en su historia reciente, han sido los ochenta, cuando se abrió al exterior. Entonces multiplicó por tres su renta, llegaron las multinacionales del automóvil... Y constata que también en esta etapa de crisis, las empresas españolas han sido capaces de ganar cuota fuera.

Hay otras coincidencias entre Alemany y Marín-Lozano. Frente a la proliferación normativa, las dos destacan la importancia de aprovechar al máximo los cambios ya introducidos. Alemany defiende, eso sí, que las medidas del Gobierno para fomentar el emprendimiento sean más generosas. Medidas como la rebaja de cotizaciones sociales -argumenta- se aplican con severos límites de edad, para empresas muy pequeñas y por plazos acotados.

Criterios más amplios

«El Gobierno justifica que lo hace para no reducir los ingresos del sistema... Pues debiera pensar que esos ingresos ni siquiera se van a producir si el emprendedor se queda paralizado». La ejecutiva de Esade defiende que se pongan los topes a determinadas actuaciones actuaciones -beneficios fiscales, rebajas de cotizaciones, indemnizaciones por despido-, colocando los límites en un mayor tamaño del negocio.

Alemany reconoce que cualquier acción que abarate el despido es considerada muy negativa por la sociedad. En las micropymes, cuando apenas acaba de arrancar un negocio, «puede ocurrir que los emprendedores se vean en la disyuntiva de despedir a parte de su muy reducida plantilla o tirar la toalla definitivamente», relata. Por eso defiende, para ese segmento, mayores facilidades. A partir de determinados crecimientos, se acabarían las ventajas tributarias y también las flexibilidades laborales.

«No es la política, sino la empresa, la que crea empleo», defiende Ofelia Marín-Lozano, que no confía en que se produzcan «milagros a corto plazo». Pero no por ello hay que demorar las actuaciones.

Como Alemany, Marín-Lozano se declara partidaria de aprovechar las normas ya vigentes más que de engrosar la ya abundante normativa Pone el ejemplo de la reforma laboral. «Si soy una empresa, y la demanda me baja el 25%, antes que cerrar o que echar al 25% de la plantilla, tengo ahora la posibilidad de flexibilizar las condiciones de trabajo y de ajustarme al empeoramiento de la situación con reducción de jornadas o sueldo».

La directiva del Círculo de Empresarios cree excesivo el número de contratos existentes y considera muy importante ayudar a crecer a las pymes. La crisis económica ha potenciado las microempresas, pero las economías de escala resultan cada vez más importantes, y para ello sugiere ayudarles a captar cuota en el mercado interior.

En esa línea, Luisa Alemany sugiere que el Estado oriente parte de sus compras y demandas de servicios hacia las empresas con menos de tres años en vez de recurrir «a las de toda la vida». El acceso a los contratos -sin conculcar la exigencia de concursos- puede ayudarles a ganar dimensión. Se trata de ver el vaso medio lleno, y no medio vacío, y de generar ideas que abran oportunidades sin acudir a fondos públicos.