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Agentes de la policía china conducen al prisionero Naw Kham a la sala en la que va a ser ejecutado. :: CHINA DAILY / REUTERS
MUNDO

Las ejecuciones en directo dividen a China

La cadena estatal CCTV emite los momentos previos a la ejecución de cuatro extranjeros para amedrentar a criminales foráneos

ZIGOR ALDAMA
SHANGHÁI.Actualizado:

Hay días en los que poner el informativo puede provocar náuseas. La actualidad tiene la mala costumbre de mostrar sus vísceras a la hora de comer, pero, generalmente, basta con apartar la mirada un par de minutos para que la sangre desaparezca de la pantalla. Ayer, sin embargo, la cadena estatal china, CCTV, fue más allá y regaló a los espectadores un largo espectáculo macabro que ha provocado un agitado debate social: retransmitió en directo los pasos previos a la ejecución de cuatro hombres -un birmano, un tailandés, un laosiano y otro cuya nacionalidad se desconoce- sentenciados a muerte por haber asaltado dos embarcaciones chinas que navegaban por el río Mekong y haber asesinado a 13 de sus tripulantes, hechos ocurridos en octubre de 2011.

Tal y como se había anunciado el jueves en las noticias de CCTV 13, hacia las dos de la tarde de ayer la cadena comenzó un programa especial de dos horas, con invitados en plató y unidades móviles desplegadas en la ciudad de Kunming, capital de la provincia de Yunnan. Dio pormenorizada cuenta de un caso especialmente mediático, que llevó incluso a detener el tráfico de mercancías en una de las principales vías fluviales del sudeste asiático y mostró los últimos momentos de los reos.

En las imágenes se vio cómo los condenados salían de la prisión, esposados y con grilletes, y cómo los guardas los ataban con cuerdas para evitar cualquier movimiento brusco durante su traslado a las instalaciones en las que se acabó con sus vidas por medio de una inyección letal. En ese momento, un periodista incluso se acercó a uno de los prisioneros, llamado Naw Kham, y le preguntó por su familia a la vez que le mostraba fotografías de los cadáveres de sus víctimas. «Quiero que mis hijos sean educados. No quiero morir», respondió el criminal con una leve sonrisa.

Su último suspiro no fue retransmitido, pero el circo televisivo creado en torno a una ejecución, algo que recuerda a los fusilamientos que antes se llevaban a cabo en estadios, demuestra que el país no tiene ninguna intención de suavizar la aplicación de la pena de muerte -es el que más penas capitales dicta en el mundo, según Amnistía Internacional-, y que, de hecho, lo que pretende es dar ejemplo y atemorizar a los delincuentes internacionales.

Un peligroso precedente

De momento, lo que ha conseguido es dividir a la población. Ayer, las redes sociales reventaron con un interesante debate en el que las posiciones están cada vez más encontradas. La mayoría de la población defiende la pena de muerte incluso para crímenes más leves. «Este caso ha sentado un precedente y deja muy claro que China perseguirá sin descanso a quienes cometan crímenes contra sus nacionales. Eso ha llevado también a una expansión de las fuerzas de seguridad chinas en los países vecinos, y a un aumento de su influencia», dijo Jin Canrong, vicedecano de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad del Pueblo, en Pekín.

En esa misma línea, el director general del Buró Nacional de Narcóticos, Liu Yuejin, aseguró durante el programa de televisión que «en el pasado, los chinos de ultramar no se atrevían a decir su origen, pero ahora pueden erguirse y ser ellos mismos en cualquier parte del mundo».

No obstante, un creciente grupo de chinos, todavía muy minoritario, comienza a cuestionar lo que parece todavía uno de los pilares inamovibles de la justicia china. «Mostrar a estas personas antes de morir no solo viola los principios éticos, también va contra el código penal», escribió en Weibo, la principal red social china, el abogado pequinés Liu Xiaoyuan. Más allá fue Han Youyi, un profesor de Derecho Criminal, al considerar que «la violencia administrada por el Estado no es mejor que la violencia criminal».