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«Son tiempos difíciles, pero ahora es cuando más sentido tiene la música»
El dúo regresa tras casi una década de silencio con Cristina del Valle y una nueva voz masculina, la de Manu Garzón
MADRID Actualizado: GuardarHan pasado más de 20 años desde que 'Amistades Peligrosas' dejara sin aliento a más de uno con aquello de "hoy voy a ir al grano, te voy a meter mano", una transgresión que ahora pecaría de ingenua pero en su momento revolucionó el mercado discográfico con seis discos de alto voltaje y más de tres millones de copias vendidas. El dúo formado por Cristina del Valle y Alberto Comesaña marcó una década, la de los 90, con una imagen liberada, transgresora y de alta tensión sexual, convirtiéndose en la banda sonora de muchas parejas de la época. "Fuímos incluso responsables del nacimiento de muchos niños que fueron inspirados y gestados con nuestra música", recuerda halagada Cristina del Valle, la mitad del dúo original. A su lado se encuentra la nueva voz masculina de Amistades Peligrosas, Manu Garzón, un músico procedente del mundo del rock. Presentan su disco de regreso, 'El arte de amar', como una apuesta renovada, fresca y con un nuevo sonido que aúna el pop-rock con ritmos latinos, árabes y africanos.
Hasta el momento del regreso, la trayectoria de Cristina del Valle ha estado estrechamente unida a la lucha contra la violencia de género. La cantante, quien siendo niña hubo de huír junto a su madre y sus tres hermanas de un padre maltratador, es fundadora y elemento activo de la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género y ha dedicado su tiempo en recorrer distintos lugares del mundo para "denunciar la cultura de la violencia en el mundo que se ensaña especialmente con las mujeres", según explica. En este transcurso fue cuando conoció a Manu Garzón, artista igualmente comprometido con temas sociales, y juntos decidieron retomar el proyecto. "Hasta la fecha notamos que el directo y el contacto con la gente es fantástico. Hemos renovado temas de Amistades y los hemos mezclado con nuevas canciones y el disco está funcionando maravillosamente bien", explica Garzón.
Nunca fueron buenos tiempos para la lírica pero el dúo regresa en un momento complicado para una industria que hace aguas. No les importa. Su intención, explica Cristina, es aportar "frescura y más fuerza que nunca en un momento complicado pero maravillosamente especial y creativo". "La música como cultura tiene en estos momentos un papel fundamental y tenemos que construir entre todos la banda sonora de otro mundo posible y que es más necesario que nunca. 'Amistades peligrosas' vuelve llena de fuerza y más peligrosa que nunca en tiempos peligrosos".
"Es ahora cuando más sentido tiene la música", añade Manu. "Sobre todo la que sale del corazón sobre los problemas que te rodean y, desgraciadamente, son tiempos muy inspiradores para contar historias". "Es un momento difícil para el que quiera hacer negocio", recoge el testigo Cristina, "pero un momento riquísimo para inspirarse y transmitir. Estamos todos ávidos de recargar la realidad con esperanza, de recuperar la humanidad de un mundo que hoy por hoy tiene poca salvación".
Música contra el dolor
En los años de ausencia sus fans han crecido y el reto consiste ahora en ganarse a un público algo más joven. No hay presión, sino más bien liberación, confiesa Cristina. "Es la primera vez que estoy disfrutando con mi profesión, con el contacto con el público. Ya no tengo la presión tremenda con las ventas que había, sino con la emoción de transmitir, de subirte a un escenario y disfrutar cada segundo del privilegio de hacer lo que amas. No cambio estos momentos por nada". El reto fue mayor para Manu, el neófito del grupo, aunque hubo un nexo fundamental que hizo que las piezas encajaran; las letras sociales. "Conocía las más populares y, cuando fui conociéndolo más a fondo, enlazaron con la música que yo hacía hasta el momento; decíamos lo mismo con músicas distintas y ahora lo estoy disfrutando mucho".
El disco, que auna temas ya míticos con nuevas creaciones, está dedicado a la periodista mexicana y defensora de los derechos humanos Lydia Cacho, amiga íntima de Cristina. Cacho, que dirigió durante años una casa de acogida, fue secuestrada y sufrió varios intentos de asesinato, aunque fueron las redes de mujeres las que salvaron su vida. "Ella me enseñó que cuando alguien está dañado hay que trabajar desde el amor, porque ese es el antídoto contra la violencia". Con esta idea, su nuevo trabajo enlaza con el tono transgresor de la formación original, incluyendo una canción dedicada a la historia de María Magdalena, a la que muestran como "una mujer libre, independiente y que tuvo una relación de amor con Jesús". "La canción habla de que la verdadera pasión de Cristo fue la que sintió por María Magdalena", explica Cristina. Rescatan también temas como ‘Africanos en Madrid’ -"porque el racismo es un tema que después de casi 20 años sigue más presente que nunca"- o ‘Me quedaré solo’, al que añaden un guiño especial, versionándolo en clave de bachata, como homenaje a la legión de fans que conservan al otro lado del charco.