Hagel, en su primera jornada en el Pentágono. :: J. WATSON / AFP
MUNDO

El Pentágono estrena nuevo líder

Chuck Hagel es ratificado como secretario de Defensa después de siete semanas de intensas preguntas en el Senado

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Chuck Hagel se convirtió ayer en el 24 secretario de Defensa de EE UU y el tercero de Barack Obama, después de pasar en el Senado por siete semanas de martirio y un interrogatorio digno de la Inquisición que «McCarthy hubiera admirado», decía ayer The Washington Post.

Su primera misión es cómo lograr que el Pentágono sobreviva con 46.000 millones de dólares (35.000 millones de euros) menos, un recorte draconiano que le llega ante la imposibilidad del Gobierno para llegar a un acuerdo sobre el llamado «secuestro» del presupuesto que puede lanzar a EE UU de vuelta a la recesión. «Es una realidad con la que tenemos que lidiar», admitió. Los ajustes mucho más comedidos que su predecesor Leon Panetta implantó el año pasado por órdenes del presidente se consideran responsables de que la economía de la primera potencia se contrajera una décima en el último trimestre del 2012.

Para Hagel la prioridad será lograr que a ningún soldado le falte el cheque de la quincena, pero no podrá evitar suspender contratos con proveedores y subcontratistas. Por eso sus primeras palabras de ayer fueron para sumarse a la urgencia de que el Congreso haga algo para frenar esta locura. Pocos las oyeron. Un fallo técnico en la sala del Pentágono donde se dirigió a los empleados civiles y militares impidió que las televisiones pudieran retransmitirlas en directo, como se proponían. A Hagel parece perseguirle el desfortunio.

Con sólo cuatro votos de su propio partido en favor de su nominación se ha convertido en el secretario de Defensa más débil que haya tenido nunca EE UU. Tal vez eso explica el tono de humildad que guió sus palabras de cara a los empleados que recibían un nuevo jefe. «No formáis parte de mi equipo, yo vengo a formar parte del vuestro», les dijo el primer veterano de Vietnam que ocupa el cargo.

Hagel, de 66 años, que se enfrentó a su partido por la guerra de Irak, aseguró ayer que EE UU «no puede dictar al mundo» sino que tiene que trabajar con sus aliados.