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Economia

España rechaza distribuir las ayudas de la PAC con una 'tarifa plana'

El Gobierno planta cara a la Comisión y alerta de las distorsiones que provocaría disparar la superficie con derecho a subvenciones

IÑAKI CASTRO
BRUSELAS.Actualizado:

Los Veintisiete iniciaron ayer la recta final de las negociaciones de la ambiciosa reforma de la Política Agraria Común (PAC). Centraron su encuentro en el nuevo sistema que propone la Comisión para simplificar la distribución de las subvenciones a los agricultores, eje central de un presupuesto que ascenderá a 363.000 millones hasta 2020. España, una de las potencias del sector junto a Francia e Italia, exigió cambios en el planteamiento al considerar que medidas como una 'tarifa plana' en las ayudas provocaría profundas «distorsiones». El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, alertó de que los olivares perderían la mitad de los fondos y los productores de leche, hasta un tercio.

El comisario de Agricultura, el rumano Dacian Ciolos, presentó a finales de 2011 su radical reforma de la PAC, uno de los emblemas de la UE desde que se unificó la gestión de la agricultura hace más de 50 años. En su propuesta, plantea cuestiones como distribuir las ayudas agrícolas de una manera más «justa, simple y equitativa». Bajo esta premisa, amplía los criterios para que una explotación pueda recibir subvenciones y aboga por una especie de 'tarifa plana' a la hora de pagarlas. En el caso de los pequeños productores, el subsidio alcanzaría los 1.000 euros anuales, mientras que se fija un tope máximo de 300.000 para los agricultores con extensiones de mayor tamaño.

Ciolos puso sobre la mesa su normativa con el objetivo de que entrara en vigor el año próximo coincidiendo con el nuevo Presupuesto de la UE 2014-2020. Según las cifras finales acordadas en la negociación de las cuentas, España dispondrá de 35.705 millones para el sector agrícola, cantidad ligeramente superior a la del periodo actual.

Arias Cañete admitió en Bruselas que ahora la pugna no pasa por obtener más fondos, sino por rediseñar una legislación que provocaría una reducción «fortísima» en las ayudas que reciben muchos agricultores. En su intervención ante el resto de ministros de los Veintisiete, pidió que se introduzca una mayor «flexibilidad» en la nueva PAC para evitar distorsiones. El titular de Agricultura remarcó que debido a razones climatológicas España cuenta con una «gran variedad de cultivos y explotaciones ganaderas». Además, existe un problema de escasa productivad del suelo que complica todavía más la aplicación de la reforma de la PAC. Arias Cañete detalló que la ampliación de la superficie suceptible de optar a ayudas tendría un impacto colosal en el campo. Actualmente, 21 millones de hectáreas reciben subvenciones, una cifra que se dispararía hasta los 38 millones.

Arias Cañete también mostró su oposición a la tarifa plana de subsidios. A su juicio, este modelo «pondría en riesgo la viabilidad de algunas explotaciones» al provocar un trasvase de fondos entre agricultores sin tenerse en cuenta las referencias utilizadas durante años para otorgar las ayudas.