Varios siros ayudan a un herido tras la explosión de un coche-bomba en el centro de Damasco. :: AFP
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La sangre corre por el centro de Damasco

Dos coches-bomba matan a más de medio centenar de civiles y unen en la condena a régimen y oposición sirios

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Después de casi dos años de enfrentamientos el atentado más sangriento ocurrido en el centro de Damasco puso de acuerdo por primera vez a régimen y oposición. Autoridades y representantes de la Coalición Nacional Siria, principal órgano de los detractores de Bashar el-Asad en el exilio, condenaron y calificaron de «acto terrorista» lo ocurrido en la capital. Ningún grupo ha reivindicado la acción, pero el régimen apuntó directamente a las brigadas de la órbita de Al-Qaida que operan bajo el paraguas de la oposición armada.

Dos vehículos bomba en el distrito de Al-Mazra explotaron a media mañana entre la plaza de Shahbandar y la calle Al-Thawra matando al menos a 53 personas, según los últimos datos oficiales, e hiriendo a cientos. En un intento de determinar los objetivos, los medios oficiales apuntaron a la proximidad de una sede del partido Baaz, en el poder en Siria desde hace medio siglo, y de la Embajada de Rusia, uno de los grandes aliados del régimen junto a China e Irán, pero las grandes víctimas fueron los civiles, entre ellos un número sin especificar de niños de un colegio cercano. Los destrozos en los edificios próximos fueron muy importantes y fuentes diplomáticas rusas informaron de que su legación «ha resultado realmente dañada».

Los medios oficiales hablaron de una «acción doble» en la que en primer lugar «un suicida al volante de un camión de reparto de leche» se inmoló ante uno de los cientos de puestos de control militar instalados en la capital desde el estallido de la crisis. Posteriormente «otro coche-bomba explotó a unos 150 metros». Las fuerzas del orden lograron interceptar un tercer vehículo cargado «con 300 kilos de explosivos», según la agencia Sana, que pretendía completar la operación.

La oposición siria calificó de «criminales» los ataques contra civiles «independientemente de quién sea el autor» y a través de un comunicado recalcó que «cualquiera acción que tenga como objetivo asesinar a civiles o viole los derechos humanos es un acto repudiable y criminal, sean cuales sean sus responsables». Una condena que no se había producido en anteriores ataques de similares características.

Burlar la seguridad

El centro de la capital era uno de los últimos lugares intactos después de dos años de guerra, pero el terror golpeó con fuerza y en una de sus arterias principales. Los responsables del ataque fueron capaces de burlar fuertes medidas de seguridad, con decenas de calles cortadas y cientos de puestos militares que exigen la documentación. Damasco se ha convertido en una ratonera con atascos eternos y se pueden tardar horas en trayectos que antes costaban apenas unos minutos, pero el blindaje no fue suficiente.

Hasta ahora los únicos capaces de burlar el cinturón defensivo han sido los milicianos del Frente Al-Nusra, grupo cercano a Al-Qaida, que han demostrado su capacidad de golpear en el corazón de la capital. La última gran acción reivindicada por el grupo yihadista fue en septiembre cuando consiguió colar un comando en la sede del Estado Mayor, en plena plaza de los Omeyas. Precisamente este lugar, que sigue en proceso de restauración, sufrió también ayer el impacto de dos proyectiles de mortero poco después de las explosiones de los vehículos bomba.

La situación en el extrarradio es de guerra abierta desde el verano, con bombardeos diarios y combates calle por calle en las ciudades que rodean Damasco, pero en el centro nunca se había producido una acción de estas características en un lugar con tanta presencia de civiles. La magnitud del ataque eclipsó la explosión de otros tres cochas-bomba contra una oficina de la Inteligencia en el barrio de Berzeh, que según los medios oficiales causó también «numerosas víctimas».

Cada vez que se abre una pequeña ventana para el inicio de una hoja de ruta que pueda llevar a una solución o que se discute el tema sirio en un foro internacional una masacre eclipsa cualquier perspectiva de acuerdo. En esta ocasión el doble atentado se produjo tras la visita de una delegación de la Liga Árabe a Moscú que se plasmó en un llamamiento al diálogo «sin condiciones» a régimen y oposición. El ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, aseguró que «ninguna de las partes puede confiar en la vía militar como solución porque es un camino a la destrucción del pueblo». La Coalición Nacional Siria estudia ahora este llamamiento, pero desde el comienzo se ha mostrado contraria a aceptar cualquier acuerdo que no suponga la salida inmediata del presidente El-Asad, una condición que la otra parte se niega a aceptar.