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Michael Haneke. :: ISABEL PERMUY
Sociedad

Haneke, entre silencios, preguntas y sonrisas

El cineasta lleva al Teatro Real su 'Così fan tutte' de Mozart en vísperas de unos Oscar en los que su dura película 'Amor' aspira a cinco estatuillas

MIGUEL LORENCI
MADRID.Actualizado:

«No hago películas para que el espectador sufra, pero si sufre, tendrá sus razones». Lo dice un risueño Michael Haneke, (Múnich, 1942) cineasta de culto y director de escena de paso por España para dirigir el 'Così fan tutte' de Mozart que el Teatro Real estrena el sábado. El autor de 'Amor', la dura película que aspira a cinco estatuillas en la madrugada del lunes en Hollywood, dijo con una afable sonrisa que le satisfaría recibir «todos» los Oscar posibles. El cineasta austriaco de origen alemán desveló algunas claves de su trabajo en el cine, pero ni palabra de la ópera que se trae entre manos y banbalinas.

No soltó prenda en una multitudinaria comparecencia pública tras recibir la medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes (CBA). Quiere un espectador con ojos limpios «que se deje sorprender». Una legión de informadores intentó en vano que desvelara algo sobre su labor e intenciones. Tampoco le sacaron una palabra las decenas de admiradores que lo cercaron en la entrega de la máxima condecoración del CBA, que revisa toda su filmografía.

Ganador de sendas Palmas de oro en Cannes, admitió que se enfrenta «muy probablemente la última ópera que dirija». Eso supone que su carrera en la ópera será brevísima, ya que antes solo afrontó otro Mozart: 'Don Giovanni'. Recibió luego quince nuevas invitaciones para dirigir ópera que rechazado con educación.

«No me importa hablar de mis películas, pero me niego a hablar de esta ópera; no quiero anticipar un manual de instrucciones que condicione al espectador» insistió Haneke sin perder su beatífica sonrisa. Remitió a los curiosos a las preguntas que encadena en el programa de mano sobre el alma de la ópera de Mozart y personajes como don Alfonso y Despina. «¿Por qué ella le tiene que humillar?, ¿Por qué Despina está tan triste? ¿Por qué se muestran todos tan desesperados», se pregunta un Haneke que adjunta el poema de Rilke 'Eros'.

Cuando se alce el telón, él estará al otro lado del mundo, en la víspera de la ceremonia de los Oscar en Los Ángeles, donde es muy probable que recoja más de una estatuilla. No le importaría fueran «todas» admitió con un sonrisa mas que franca. De riguroso negro, no perdió su afable apariencia el responsable de filmes tan deprimentes y duros como 'La pianista', 'Funny games' o 'Caché', con escenas al borde de lo soportable y que algunos sitúan en el campo del sadismo. «Yo hago las cosas que me dan placer» explicó Haneke, generando una carcajada en la concurrencia. «Me agrada fijarme en detalles pequeños y estoy atento e mi cine a las guerras civiles entre dos personas, algo que también se da en 'Così fan tutte', que encierra una de esas pequeñas guerras cotidianas de la que quizá nazcan las grandes guerras», planteó el director de 'La cinta blanca', película que indaga en la incubación del nazismo en la Alemania rural anterior a la Primera Guerra Mundial.