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Benedicto XVI posa con todos los cadenales en la Sala Ducal del Vaticano, en 2005. :: REUTERS
Sociedad

Benedicto XVI estudia un decreto para permitir el adelanto del cónclave

Lo haría público antes de dejar el cargo, aunque hay cardenales que prefieren no anticipar la cita para favorecer la reflexión

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ CORRESPONSAL
ROMA.Actualizado:

El cónclave podría adelantarse y celebrarse ya tras la primera semana de marzo, sin esperar hasta el día 15 o el 20, como marcan las reglas actuales. De ese modo el nuevo pontífice quizá tomaría posesión el día 19, fiesta de San José, patrono de la Iglesia universal, una fecha redonda.

Lo haría posible el mismo Benedicto XVI con un decreto, un tipo de documento vaticano que aborda cuestiones puntuales llamado 'motu proprio', en el que introduciría leves modificaciones que lo permitieran. «El Papa lo está tomando en consideración», confirmó ayer el portavoz vaticano, Federico Lombardi, tras abrirse un debate sobre la cuestión en los últimos días. Si finalmente lo decide así publicará su anuncio en breve, obviamente antes de dejar su cargo el día 28 de febrero a las ocho de la tarde.

La idea nace de las declaraciones de varios cardenales, para quienes no tiene sentido esperar tanto tiempo dado lo excepcional de la situación actual. Los 117 purpurados que deben acudir a Roma a elegir un nuevo Papa lo saben desde el pasado día 11, cuando Benedicto XVI anunció su sorprendente renuncia, y además en este caso no hay funeral del pontífice. Pero aún así deberían esperar todavía entre 15 y 20 días a partir del inicio formal de la sede vacante, según prescribe la constitución apostólica 'Universi Dominici gregis', escrita por Juan Pablo II en 1996, que regula lo referente al cónclave. Salvo precisamente un caso tan insólito como el que se vive ahora, la primera dimisión de un papa en 600 años.

En 2005 entre la muerte de Juan Pablo II el 2 de abril, inicio automático de la sede vacante, y la elección de Joseph Ratzinger el 19 pasaron 17 días. Y ahora, si no hay cambios, desde que los cardenales saben que habrá cónclave hasta que empiece realmente pueden pasar, mínimo, 34 días. El documento de Juan Pablo II dice: «Establezco que del momento en que la Sede Apostólica sea legítimamente vacante, los cardenales electores presentes deban esperar quince días enteros a los ausentes». Pero como máximo a los veinte días hay que empezar.

En todo caso, un cardenal que llegue tarde puede entrar. Cardenales y expertos interpretan que, según está escrito, el lapso de 15 o 20 días se debe simplemente a la «espera» de los que faltan. «Esto puede significar que si todos están en Roma no hay nada que esperar», apuntaba ayer Ambrogio Piazzoni, viceprefecto de la biblioteca vaticana y experto en cónclaves, que dio una rueda de prensa técnica sobre el asunto.

Sin forzar

Sin embargo el Papa Benedicto XVI puede preferir no forzar las normas y solucionarlo de forma clara con un documento pensado para el caso. Aunque no está claro cómo abordará el problema. Tal vez exija como condición para adelantarlo que todos los cardenales estén en Roma y los ausentes declaren expresamente que no asistirán.

Por otro lado, no todos los cardenales están de acuerdo en anticipar el cónclave. Por ejemplo, el de Nueva York, Timothy Dolan, y el de París, André Vingt-Trois, creen que en un contexto tan especial como este es bueno disponer de más tiempo para la reflexión y el debate entre los purpurados.

Es en sus reuniones previas, las llamadas congregaciones generales, donde se fragua buena parte del resultado del cónclave. Los cardenales que viven en Roma o trabajan en la Curia se frecuentan y se conocen más, pero los del extranjero a menudo están al margen de lo que se trama y a veces ni siquiera se conocen entre ellos.

Estos encuentros les permiten entablar contacto, seleccionar los principales candidatos, descartar otros, tejer alianzas y organizar estrategias. Pero lo cierto es que en realidad estos movimientos ya han comenzado. Al cónclave se entra con todo bastante atado, con dos o tres candidatos firmes y algunos de reserva en caso de bloqueo. Además en este caso se quiere evitar un cónclave largo, que daría una imagen exterior de división y desorientación internas.

Por otra parte, está previsto que las campanas de todas las iglesias de Roma y de las localidades de Albano y Castel Gandolfo sonarán el próximo día 28 a las cinco de la tarde, cuando Benedicto XVI abandone el Vaticano en helicóptero y se traslade a la que será residencia provisional de Castel Gandolfo, tres horas antes de dejar de ser Papa.