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El cardenal de Los Ángeles Roger Mahony, encubridor de 129 casos de curas pedófilos. :: V. PINTO / AFP
Sociedad

El escándalo de la pederastia irrumpe en el cónclave que elegirá al Papa

Dos cardenales más encubrieron abusos y otros tiene trapos sucios pero el Vaticano no afronta la responsabilidad de las altas esferas

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ
ROMA.Actualizado:

El escándalo de la pederastia ha marcado a Benedicto XVI y le perseguirá hasta el último día. El caso del cardenal y exarzobispo de Los Ángeles Roger Mahony, culpable de haber encubierto 129 casos de curas pedófilos, pero que participará en el cónclave, es un ejemplo de libro que resume toda una era. Para agudizar las contradicciones, el propio Vaticano autorizó hace 20 días, al conocerse nuevas responsabilidades, que fuera degradado y apartado de la vida pública. Pero parece que no del cónclave que tiene que elegir al nuevo Papa. Tiene derecho y está dispuesto a ejercerlo.

Hay otros dos prelados que han encubierto pederastas: uno es el primado de Irlanda, Sean Brady, que en 2010 admitió haber estado en encuentros con niños víctimas de un sacerdote para que firmaran pactos de silencio. Pero también estará en el cónclave. El otro es Godfried Danneels, 79 años, exprimado de Bélgica. En 2010 se vio envuelto en el escándalo en su país -465 denuncias contra 102 curas desde los años cincuenta- y al menos admitió un caso en el que medió entre un obispo y su víctima, para que no saliera a la luz.

Hay otros purpurados bajo sospecha. Timothy Dolan, de Nueva York, era arzobispo en Milwaukee en 2003 cuando la práctica con los curas pederastas era pagarles para que dejaran los hábitos. El cardenal de Sidney, George Pell, acusado en el pasado y luego absuelto, afronta desde 2012 nuevas acusaciones. El arzobispo de Nápoles, Crescenzio Sepe, en cambio, es investigado por corrupción.

Pese al cambio de rumbo reciente, las admisiones de culpa y las nuevas directrices de tolerancia cero ha seguido en pie una hipocresía de fondo, insultante para las víctimas. El viejo modo de pensar sigue vigente y la prueba es lo ocurrido con el propio Mahony. Lo cierto es que en 1993 el arzobispo informó a Roma de algunos casos, pero tardaron diez años en responderle, solo cuando estalló el escándalo. Hace veinte días, cuando Ratzinger autorizó que fuera degradado, parte de la Curia se opuso. En concreto, Angelo Sodano, secretario de Estado de Juan Pablo II y decano de los cardenales. Benedicto XVI se impuso, pero volvió a ser incomprendido. Con él ha habido unos 150 ceses de obispos, un dato significativo de limpieza.

Qué decir de Sodano, que ahí sigue y aunque no estará en el cónclave por tener más de 80 años sigue siendo un gran movilizador de votos. Es el principal responsable del encubrimiento de Marcial Maciel, el fundador de los legionarios de Cristo, violador perturbado con denuncias tapadas desde los años setenta. Con Juan Pablo II, Ratzinger chocó contra él en sus intentos de investigarlo, como en muchos otros casos. Incluso tras su elección en abril de 2005, mientras Sodano continuó de número dos siguió escondiendo la verdad: en mayo de 2005 publicó una nota desmintiendo que hubiera ninguna investigación. A Benedicto XVI le llevó un año más echar a Maciel. En 2010 se supo que a él y otros les daba dinero. La mano derecha de Sodano era el argentino Leonardo Sandri, que está en las listas de papables.

Otro elemento de esta cuerda, el colombiano Castrillón Hoyos, ya mayor de 80 años, se jactó en una conferencia en 2010, en pleno escándalo, de su polémica carta a un obispo francés en 2001. En ella le felicitaba por no haber denunciado a un cura pedófilo al que luego le cayeron 18 años. Le aplaudieron con ganas los siguientes cardenales que estarán en el cónclave: el esloveno Franc Rodé, el polaco Stanislaw Rylko, el dominicano Nicolás de Jesús López Rodríguez y el español Antonio Cañizares.

Nadie habla de ello, pero el propio Ratzinger fue acusado en 2010 de no denunciar a un cura pederasta cuando era arzobispo de Múnich en 1980. El acusado fue trasladado de parroquia, donde siguió sus crímenes hasta ser arrestado en 1986.