La Luna, un mercadillo de segunda mano
Sobre su superficie descansan 181 toneladas de material enviado por el hombre
MADRIDActualizado:La Luna esconde un sinfín de tesoros, y no solo naturales. Sobre su superficie languidecen hasta 181 toneladas de materiales creados por el hombre, algunos de un altísimo valor.
La mayor parte de estos ‘trastos’ fueron abandonados allí por las seis misiones Apolo que lograron posarse sobre el satélite terrestre. Y es que para despegar de la Luna para regresar a la Tierra cualquier gramo de más supone un peso extra para superar su fuerza de gravedad.
De esta forma, Armstrong, Aldrin y sus sucesivos compañeros dejaron tras de sí objetos de todo tipo por los que cualquier coleccionista pudiente pagaría una fortuna. Allí permanecen 70 vehículos espaciales (entre exploradores rover, módulos o satélites estrellados), cámaras fotográficas o cinco banderas estadounidenses que, según insiste la Nasa, siguen clavadas sobre la superficie lunar a modo de recuerdo de que solo los EE UU han llegado tan lejos.
En este ingente ‘rastrillo’ también hay lugar para objetos exóticos. Entre ellos las dos pelotas de golf con las que el astronauta Alan Shepard practicó su swing sobre el satélite hace 35 años y que es probable que continúen allí quietas durante mucho tiempo. Es difícil aventurar la impresión que, dentro de millones de años, podría causar a una civilización alienígena hallar un objeto extraterrestre de este tipo. ¿Se preguntarán para qué sirve?
La familia de Duke
También hay fotos familiares. En concreto la de Charles Duke, su esposa y los dos hijos de ambos. Incluso una pluma del halcón que ejerce de mascota de las fuerzas aéreas norteamericanas y que junto a un martillo se usó como experimento para comprobar que, en ausencia de resistencia aerodinámica, dos objetos de diferente masa caen a la misma velocidad y alcanzan el suelo en el mismo tiempo en un ambiente sin atmósfera.
El Apolo 15 también transportó consigo una escultura de aluminio en recuerdo de los astronautas fallecidos durante la carrera espacial. Por su parte el prestigioso geólogo Eugene Shoemaker siempre albergó el sueño de viajar al satélite terrestre. No lo consiguió en vida pero la sonda espacial Luna Prospector depositó allí una caja de aluminio con parte de sus cenizas. En ella figura una inscripción de Romeo y Julieta: “Y cuando muera convierte tú cada trozo de su cuerpo en una estrella relumbrante que sirva de adorno a tu manto para que todos se enamoren de la noche desenamorándose del Sol”. Este es, hasta el momento, el primer y único enterramiento en la Luna.