De Guindos presume de la fortaleza del sistema financiero español ante el G-20
El ministro de Economía acude a Moscú para participar en la primera reunión del organismo internacional este año
Actualizado: GuardarEl ministro de Economía y Competitividad voló ayer a Moscú para participar en una reunión previa a la cumbre de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los países del G-20. Ante ese club, que agrupa a las principales economías del planeta y a las emergentes, Luis de Guindos puso en valor las reformas del sector financiero acometidas por el Gobierno de Rajoy, en un intento de trasladar tranquilidad a los mercados y reducir aún más la presión de los inversores sobre la deuda española.
Unas tensiones que se han aliviado en los últimos seis meses, en los que la prima de riesgo se ha reducido hasta el entorno de los 350 puntos básicos desde los alrededor de 650 que llegó a marcar. De hecho, mientras De Guindos viajaba a Moscú, su 'número dos', el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, celebraba en Madrid que la financiación del Tesoro en la actualidad «se está realizando de forma confortable». Aún así, su departamento cree que los niveles actuales todavía no reflejan los fundamentos de la economía española y por tanto «queda recorrido a la baja».
Rusia preside por primera vez el G-20, el foro que eligieron los principales líderes a finales de 2008 para debatir en su seno las posibles soluciones a la crisis. El encuentro celebrado ayer en Moscú y presidido por el mandatario ruso Vladimir Putin es el primero de los programados para 2013. En septiembre será la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en San Petersburgo.
«Tenemos ahora en España un sistema financiero mucho más sólido, mucho más solvente que hace un año y esa es una de las bases de la esperanza en la recuperación», declaró De Guindos a su llegada a la capital rusa. «El sistema financiero español ha llevado a cabo un proceso de transparencia, introduciendo luz y taquígrafos, como no lo ha hecho ningún otro sistema financiero europeo», aseguró el responsable de Economía.
De Guindos trató de sacar músculo y, de paso, descalificar la labor -o la falta de medidas- de la anterior administración socialista. El actual Gobierno, recalcó, «tuvo que hacer en seis meses lo que el anterior no hizo en tres años». Con esa invectiva respondía también, de forma indirecta, a las declaraciones del ex gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que el día anterior le había acusado de arrebatarle el control de Bankia y de paso le atribuyó la responsabilidad del posterior caos de la entidad nacionalizada.
Malos datos
El ministro de Economía describió como «agridulce» su sensación tras conocer los últimos datos de la economía mundial. A pesar de los «malos» resultados cosechados por la zona euro -con caídas del PIB del 0,6% en Alemania y del 0,4% en Francia- apuntó que «los indicadores de Estados Unidos revelan que su economía sigue creciendo y también los datos de las economías emergentes son mejores que los que teníamos hace seis meses».
El responsable español considera que «las tensiones financieras en el mundo se han aliviado» y las bolsas observan una trayectoria satisfactoria «prácticamente en todos los mercados». De Guindos señaló también que está habiendo «una búsqueda del riesgo por parte de los inversores». Eso, a su juicio, «hace que se perciba o se vaya a percibir una mejora de la situación» global.
Luis De Guindos se mostró preocupado porque la debacle de la zona euro es «mayor de lo que estaba inicialmente previsto y pone de alguna forma de manifiesto que la desaceleración económica y la recesión se han extendido». «Vamos todos en el mismo barco y todos los pasajeros, tengan billete de primera -en alusión a Alemania- o de segunda, estamos embarcados en la misma nave», subrayó.
Para el responsable de Economía, la política del Gobierno español de reducción del déficit público tendrá que adaptarse a una «evolución cíclica peor de lo esperado» e insistió en que la reducción del déficit en el área de la divisa común es «ineludible». De lo contrario «no habrá financiación», remachó.