Sociedad

Arte para todos, desde un euro

La 'ratonera' de Juan Muñoz y 'La Macarena de Batallie', la mayor ganga de la feria, quedaron al margen del paseo de don Felipe y doña Letizia Los Príncipes inauguran Arco recorriendo una veintena de estands de la feria

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La crisis no impide al bolsillo más modesto salir de Arco con una pieza en el ídem. Un euro y cinco céntimos cuesta la obra más barata de la feria que ayer inauguraron los Príncipes de Asturias. Don Felipe y doña Letizia dedicaron hora y media a recorrer los pabellones que acogen obras de más de 2000 creadores en 200 galerías. El protocolo establece un recorrido con escalas en una veintena de galerías e instituciones muy destacas. Esto supuso que la comitiva inaugural dejara de lado algunas de las rarezas y de las joyas del certamen. Entre ellas, el modesto estand de 'Casa Sin Fin', con la mayor ganga de la feria, la medalla que reúne a la Virgen de la Macarena con Georges Bataille, de Pedro G. Romero. Tampoco pararon en el de Edward Tyler Nahem Fine Art, donde brilla un Picasso de cuatro millones de euros.

Los Príncipes mostraron curiosidad por las excepcionales piezas de la galería Juana de Aizpuru, donde arrancó su vista. Se interesaron luego por las fotocopiadoras derretidas de Susy Gómez -departieron con la artista mallorquina que 'coció' a 250 grados nueve aparatos- y pasaron un buen rato en el estand del Grupo Vocento. Don Felipe curioseó la pieza 'Solar Bell', escultura en forma de cometa de argentino Tomás Saraceno, y doña Letizia quiso sabe cómo iba la venta 'on line' que Arco estrena este año. Visitaron varias galerías de Turquía, país invitado, y dedicaron cariñosas palabras a los oyentes de Radio Nacional de España. Don Felipe explicó a la audiencia que la feria «tiene muchas cosas interesantes». Doña Letizia destacó su capacidad de compaginar «lo nacional con lo internacional».

En su paseo se interesaron por una obra de Santiago Villanueva en la galería Xavier Fiol y charlaron con David Escalona en el espacio la Fundación Once sobre sus partituras en braille. En la galería brasileña Lucia Brito vieron la insólita cerámica 'Botellero' y las fotos de Waldenar Codeiro. También los retratos de anónimos ciudadanos turcos en la galería Rampa. Pero sus altezas quedaron sin ver 'la ratonera', vieja y conocida instalación del malogrado Juan Muñoz rescatada por la galería Faggionatto, que ha logrado vender este diminuto agujero en un rodapié por más de cien mil euros. Se titula 'Esperando a Jerry (Obra para Francesco)'. El comprador adquiere los planos para realizar el hueco con la dimensión exacta y un certificado de autoría del artista madrileño.

Difunta y cantante

Para la comitiva inaugural también pasó desapercibida la paloma muerta pero cantante que exhibe en un discreto rincón de la galería Art-Nueva. Es una pieza Juan Zamora que este artista madrileño tituló 'Una paloma muerta con su canto de sombra'. Disecada, tumbada en el suelo con la patas hace el cielo, recibe luz de un foco que proyecta una sombra muy viva del ave. La sombra mueve el pico en concordancia con un extraño canto fúnebre. Quien quiera comprar su cadáver cantarín debe desembolsar 4.500 euros a la galerista María Ángeles Sánchez.

Tampoco hubo parada en uno de los espacios más fotografiados de Arco 2013, la 'cutrecarnicería' de cartón pintado de Mario Ybarra en la galería estadounidense Honor Frasser. Un delirio de patas de cerdo, costillares y lomos de cartón; un festival kitsch que invita más a la carcajada que a tirar de chequera. Y eso que es carne de 'Calidad garantizada', según el marchamo que la certifica, con la cara de un cerdo.

Quedó fuera del recorrido oficial 'Casa Sin Fin', modesta galería con sedes en Cáceres y Madrid que se lleva la palma de la baratura en este austero Arco con su 'Macarena de Bataille'. El comprador pone en una troqueladora una moneda de un euro y otra de cinco céntimos. El euro va a la caja del galerista y, tras unas vueltas de manivela, irá al bolsillo del comprador la diminuta obra del sevillano Pedro G. Romero: la moneda de cinco céntimos convertida en un óvalo con una imagen de la virgen de la Macarena con una evocación a Georges Bataille.

Pasaron de largo ante una figura negra y encapuchada sentada en un pasillo. La seguridad invitó, sin éxito, al individuo a despejar el paso. Era 'American Appell', pieza de Hugo Marlk valorada en 250.000 euros.