España quiere 5.000 millones con la 'Tasa Tobin'
EE UU censura el amplio impacto de la propuesta legislativa para que 11 países europeos cobren el impuesto desde 2014
BRUSELAS.Actualizado:La Comisión Europea calcula que España podría ingresar hasta 5.000 millones anuales con la nueva tasa a las transacciones financieras. El Ejecutivo comunitario presentó ayer su propuesta adaptada a los 11 países que se han unido para implantar el impuesto a partir de 2014. En total, los socios involucrados recaudarían alrededor de 35.000 millones gracias a un gravamen del 0,1% en todas las operaciones con acciones y bonos. Si se trata de un producto derivado, el tipo desciende al 0,01%. El planteamiento de Bruselas, que debe ser aprobado por el ramillete de países, incluye una serie de salvaguardas muy criticadas por EE UU y Reino Unido para que los inversores no burlen la figura tributaria.
Alemania, Francia, Italia y España comandan el grupo de 11 socios que abrirán camino a escala mundial con la aplicación de la llamada 'tasa Tobin'. Ante las fuertes divisiones que generó en el seno de la UE, estos socios tuvieron que abandonar la idea de implantarla en todo el bloque y optaron por seguir en solitario. Ayer, la Comisión desveló la propuesta que en los próximos meses tendrán que debatir y ratificar. Las estimaciones sobre la recaudación son preliminares y dependen de muchos factores, pero Berlín sería el más beneficiado. Sus arcas recibirían una inyección de 10.000 millones, 2.500 más que Francia.
El Ejecutivo comunitario recordó que la tasa no afectará a las operaciones cotidianas de empresas y particulares como pagos con tarjetas de crédito o gestión de depósitos e hipotecas. Para los inversores, sin embargo, se ha ideado un férreo sistema que busca blindar la recaudación del impuesto y evitar cualquier tentación de que se trasladen a otros países. Reino Unido, que ya cuenta con un gravamen vinculado a las transacciones, se ha quedado fuera del acuerdo y se teme que la City londinense pueda acaparar buena parte del negocio. Suecia y Luxemburgo, otros dos importantes centros financieros, tampoco se han sumado a la iniciativa.
Consciente de la agresividad de una parte de los operadores de los mercados, la Comisión ha previsto que se cobre la tasa en una larga lista de supuestos. Dos de ellos serían los más eficaces para garantizar la recaudación. El primero indica que el impuesto se aplicará siempre que una de las dos partes que realizan la compraventa del producto esté radicada dentro de los 11 países participantes. Además, su pago será obligatorio si se intercambia una acción o un derivado emitido en uno de los socios de la zona Tobin. Ante esta situación, puede ocurrir que dos inversores norteamericanos comercien en Wall Street con un bono alemán y, sin embargo, tengan que pagar religiosamente el gravamen.
La estricta aplicación de la figura tributaria ya ha probado las quejas de Washington. A su juicio, «dañará a los inversores norteamericanos y de todo el mundo». Reino Unido y otros socios también han expresado sus dudas porque podría conducir a una doble imposición en los países que cuentan con tipos propios en el sector.