Detienen a un ayudante de cocina acusado de envenenar a sus compañeros en Gijón
El cocinero del restaurante falleció en extrañas circunstancias y otros catorce empleados han sufrido graves problemas de salud
GIJÓN. Actualizado: GuardarMató presuntamente por envenenamiento al cocinero y lo intentó con catorce más de sus compañeros. El exayudante de cocina del restaurante El Lavaderu ingresó ayer en el Centro Penitenciario de Villabona imputado por 14 delitos de intento de homicidio. Según pudo saber el periódico El Comercio, A. A. F. F., de 55 años, podría llevar repitiendo esta práctica de presunto envenenamiento de comida durante ocho años lo que, según avance la instrucción, podría hacer que la calificación del delito se elevase a asesinato.
El caso se ha revelado digno de un guion de novela negra y ahora las investigaciones se centran en determinar si el detenido pudiese haber añadido el producto -cianamida cálcica- a los platos o bebidas que se sirvieron a los clientes y si está relacionado con la muerte del cocinero del establecimiento, fallecido el pasado verano.
Las primeras indagaciones apuntan a que durante los últimos ocho años la práctica del envenenamiento podría haber afectado al antiguo propietario del restaurante (traspasado con el personal hace poco más de un año) y otros empleados que vieron mermada su salud en los últimos tiempos e, incluso, tuvieron que ingresar en el hospital en diversas ocasiones.
El consumo de la cianamida cálcica por personas sin problemas de alcoholemia puede provocar arritmias, lesiones hepáticas, náuseas, ansiedad, cefaleas e hipertensión; y su consumo prolongado puede ocasionar la muerte por fallos coronarios o multiorgánicos. Sus contraindicaciones se agravan notablemente si se mezcla con bebidas alcohólicas. La Policía considera que el hecho de que las víctimas fuesen desconocedoras de lo que podrían estar ingiriendo de forma reiterada la sustancia agravó las patologías.
Las investigaciones policiales se iniciaron el pasado verano a raíz de la muerte del cocinero del establecimiento, uno de los más concurridos de Gijón. La autopsia realizada al cadáver por los médicos forenses reveló la presencia del producto tóxico en altas cantidades. Los allegados del fallecido aseguraron entonces que la víctima no estaba sometida a ningún tratamiento de deshabituación de alcoholismo, por lo que saltaron todas las alarmas sobre un posible asesinato.
Deterioro físico
Los agentes encargados del caso descartaron poco después que el hombre hubiese sido víctima de un presunto envenenamiento por parte de su entorno familiar. Las pesquisas se centraron entonces en el ámbito laboral. La sorpresa llegó al verificar que otros trabajadores de El Lavaderu habían visto mermada su salud en los últimos tiempos.
Incluso otro de los ayudantes de cocina llegó a solicitar una baja médica prolongada. Sin embargo, los facultativos sanitarios no determinaron el origen de su deterioro físico, que mejoró en cuanto dejó de trabajar y por lo tanto de comer la supuesta comida intoxicada.