Bar tienda El Lavaderu, donde trabajó hasta noviembre el ayudante de cocina detenido. / Foto: Joaquín Pañeda | Vídeo: Atlas
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Detienen a un ayudante de cocina acusado de envenenar la comida de sus compañeros

El cocinero del restaurante falleció en extrañas circunstancias y otros catorce empleados han sufrido graves problemas de salud

GIJÓN Actualizado: Guardar
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Mató por envenenamiento al cocinero y lo intentó con catorce más de sus compañeros. El exayudante de cocina del restaurante Lavaderu ha ingresado en el Centro Penitenciario de Villabona imputado por catorce delitos de intento de homicidio. Según ha podido saber el periódico El Comercio, A. A. F. F., de 55 años, podría llevar repitiendo esta práctica de presunto envenenamiento de comida durante ocho años lo que, según avance la instrucción, podría hacer que la calificación del delito se elevase a asesinato.

El caso se ha revelado digno de un guión de novela negra y ahora las investigaciones se centran en determinar si el detenido pudiese haber añadido el producto -cianamida cálcica- a los platos que se sirvieron a los clientes y si está relacionado con la muerte del cocinero del establecimiento, fallecido el pasado verano.

Las primeras indagaciones apuntan a que durante los últimos ocho años la práctica del envenenamiento podría haber afectado al antiguo propietario del restaurante (traspasado con el personal hace poco más de un año) y otros empleados que vieron mermada su salud en los últimos tiempos e, incluso, tuvieron que ingresar en el hospital en diversas ocasiones. El consumo de la cianamida cálcica por personas sin problemas de alcoholemia puede provocar arritmias, lesiones hepáticas, náuseas, ansiedad, cefaleas e hipertensión; y su consumo prolongado puede ocasionar la muerte por fallos coronarios o multiorgánicos. Sus contraindicaciones se agravan notablemente si se mezcla con bebidas alcohólicas. La Policía considera que el hecho de que las víctimas fuesen desconocedoras de lo que podrían estar ingiriendo de forma reiterada la sustancia agravó las patologías.

Las investigaciones policiales se iniciaron el pasado verano a raíz de la muerte del cocinero del establecimiento, uno de los más concurridos de Gijón. La autopsia realizada al cadáver por los médicos forenses reveló la presencia del producto tóxico en altas cantidades. Los allegados del fallecido aseguraron entonces que la víctima no estaba sometida a ningún tratamiento de deshabituación de alcoholismo, por lo que saltaron todas las alarmas.

Deterioro físico

Los agentes encargados del caso descartaron poco después que el hombre hubiese sido víctima de un presunto envenenamiento por parte de su entorno familiar. Las pesquisas se centraron entonces en el ámbito laboral. La sorpresa llegó al verificar que otros trabajadores del Lavaderu habían visto mermada su salud en los últimos tiempos. Incluso otro de los ayudantes de cocina llegó a solicitar una baja médica prolongada. Sin embargo, los facultativos sanitarios no determinaron el origen de su deterioro físico, que mejoró en cuanto dejó de trabajar y por lo tanto de comer la supuesta comida intoxicada.

Poco antes de traspasar el negocio el antiguo propietario sufrió un amago de infarto, uno de los factores que puede desencadenar el consumo continuado del producto tóxico. Su esposa también se encontraba delicada de salud, por eso mismo optaron por dejar el restaurante que habían llevado casi una década. Ambos se recuperaron y ahora regentan otro local. El Lavaderu lo traspasaron con todo el personal, incluido el ayudante de cocina que ahora ha sido detenido.

"Consumir un día el producto puede acarrear malestar general, náuseas y dolores de cabeza, sobre todo si se mezcla con la más mínima cantidad de alcohol. Si es algo esporádico se elimina con facilidad, pero si se prolonga en el tiempo y se hace habitual el consumo, puede incluso acarrear la muerte", explican los investigadores. Por eso mismo, no consideran que exista motivo para la alarma social, a no ser que algún cliente comiese a diario en el local.