Enriquecer la fiesta
Iniciativas como el Amoscuchá en el Pópulo cubren la agenda entre semana de un Carnaval necesitado de una estrategia cuyos beneficios redunden todo el año
Actualizado:Y tras el pregón, la cabalgata, el domingo y lunes de coros ¿ahora qué? Para quien venga por primera vez a esta ciudad para saber de qué va esta locura seguro que sin ayuda se perderá; y si espera un completo programa de actos, quizás se defraude. El Carnaval adolece de una inexistente estrategia comercial y de difusión para que los beneficios que puede generar reviertan con mayor provecho en la ciudad. Esta fiesta es capaz de convocar a miles de personas por el arte que derrochan sus agrupaciones carnavaleras, pero carece de una programación entre semana que se difunda con cierta antelación y que sirva de tarjeta de enganche. Tampoco tiene, a esta altura de la película, un Museo que sea el punto de referencia durante el resto del año de lo que es y ha supuesto esta fiesta.
La divulgación del Carnaval no puede limitarse a la que se hace cada año a través de la retransmisión del Concurso porque sus aficionados se cuentan por legiones y su fiebre no se acaba con la Cuaresma. Es una apuesta segura pensar que un visitante de Sevilla, de Huelva o de Badajoz, por citar algunos ejemplos donde existe mucha predicamento hacia las coplas de febrero que se cantan por Cádiz, pagarían una entrada por ver ese tipo que todos recuerdan o por conocer las raíces de un evento que a golpe de ingenio ha conseguido tener repercusión internacional.
Cualquier iniciativa que venga a dotar de mayor contenido y atractivo a esta fiesta, bienvenida sea y si es de calidad, el triunfo está asegurado. El Amoscuchá, impulsado por los vecinos de El Pópulo y LA VOZ es un buen ejemplo. Hubo quien se detuvo un momento para comprender que las chirigotas ilegales o los romanceros no tenían un sitio en la fiesta, más allá de buscarse la esquina propicia. Las noches de ilegales en el Pópulo vienen a cubrir la agenda de los amantes de Carnaval entre semana, aplicando la fórmula de siempre, dándole protagonismo a los que son la esencia de esta locura. Por eso, a partir de mañana Amoscuchá una mijita.