Un primer deseo
Nuestra fiesta grande, capaz de movilizar a miles de personas de fuera de Cádiz, toma de nuevo las calles. Ojalá que el descontrol sea sólo una anécdota
Actualizado:Se acabaron las quinielas, los suspiros entre bambalinas y la batalla de las coplas. El Concurso del Gran Teatro Falla y el pregón del uruguayo Jorge Drexler fueron el aviso para que Don Carnal se despojara de su abrigo de invernar los deseos más terrenales y saliera esplendoroso a las calles de Cádiz. El primer sábado de Carnaval, aunque frío, estuvo acompañado del sol por la mañana y sin amenaza de lluvia, la noche sólo invitaba al disfrute, con bufanda, eso sí. Un año más, la gente joven venida de fuera copó la plaza de la Catedral y las calles aledañas desde primera hora de la tarde. Al cierre de esta edición, había una calma absoluta pese al ajetreo vibrante que reinaba en las calles. No se estaban registrando incidentes graves, más allá de las habituales intoxicaciones etílicas de aquellos que no quisieron guardarse nada para la noche. Por eso, cuando la mayoría de las páginas de este número de LA VOZ ya va camino de rotativas, sólo queda formular un deseo: que la fiesta, el descontrol propio de un Carnaval y la alegría de quien pretende olvidarse por unas horas, por unos días de todo lo malo que le rodea, no contagie los peores instintos del clásico 'metepata'.
En años anteriores, el primer sábado de Carnaval había llegado a unos niveles de desmadre en la vía pública que ponían el riesgo la integridad de los propios visitantes y vecinos. Lanzamiento masivo de botellas, multitud de peleas y agresiones con armas blancas fueron afeando la cara de este sábado hasta que muchos gaditanos optaron por abandonarlo.
Quizás la aparente menor afluencia de personas que se vivió ayer ha sido determinante para que la situación no se hubiera desbordado al filo de la medianoche. Un primer brindis por ello. Y que nadie enturbie el descontrol para convertirlo en turba insoportable.
Aunque son muchos los gaditanos que en su día optaron por borrar esta jornada de su calendario particular carnavalero, queda mucha tela que cortar, sobre todo ésa que se rasga entre copla y copla por las esquinas, entre copita y copita con los amigos, con la familia. Ese momento que nos quedan a los gaditanos de cuna o adopción, al forastero que se ha tomado unas vacaciones más allá del fin de semana primero para dejarse llevar al ritmo del 3x4. Éste año más viñero que nunca.?