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Cristiano celebra uno de sus goles. / Efe
FÚTBOL | PRIMERA

El Madrid recupera crédito con un Cristiano desbordante

El portugués firmó un ‘hat trick’ que minimiza al Sevilla y asusta al Manchester United

I. TYLKO
MADRIDActualizado:

El camaleónico Madrid de Mourinho recuperó su mejor color en vísperas del gran duelo de la ‘Champions’ ante el Manchester United. Un tono brillante en la piel de un equipo que cuando se libera descompone a cualquiera. El vigente campeón de Liga mostró esa imagen que le encumbró el curso pasado en un campeonato de récord. Un bloque compacto con una actitud encomiable y pegada descomunal, agarrado a un desbordante Cristiano que firmó un nuevo ‘hat trick’ y pudo descansar incluso durante media hora. Kaká rayó a un nivel notable, Diego López ofreció seguridad a sus compañeros, a Xabi Alonso no se le echó de menos y Pepe reapareció y disfrutó de algunos minutos de mediocentro tras su larga lesión. No se sabe si su paisano cuenta con él para recibir al United o es una maniobra de distracción pensando Ferguson. Todo excelentes noticias salvo la pueril expulsión de Higuaín cuando todo el trabajo estaba hecho, y muy bien por cierto.

Mourinho se decantó por un once insólito ante un Sevilla que repitió el ‘trivote’ del Calderón en una clara propuesta de contención que recibió merecido castigo. Señaló a Marcelo y a Di María por el ridículo de Granada, evitó forzar la pubalgia de Xabi y rebajó de servicio a Khedira y Özil. Mayor margen de maniobra para Modric en el centro del campo, con Essien como escudero, y toda la artillería arriba. Sorprendió la apuesta por Kaká, que no aparecía en un equipo titular desde el lejano choque de la primera fase de ‘Champions’ ante el Ajax. Consideró el técnico luso que, ya cerrado el mercado de invierno y sin fructificar sus negociaciones con el Milan, a un ‘Balón de Oro’ conviene tenerle cierta estima y consideración.

Como si quisiera alistarse para el tramo crucial de la temporada, el brasileño decidió echarse al equipo sobre los hombros. Tocó, templó, pasó bien, percutió, buscó el disparo a puerta y hasta se ganó una tarjeta por derribar a Navas tras una larga persecución. Le falla el físico pero atesora fútbol a borbotones. Kaká, nunca bien aprovechado en el Madrid por culpa de la alta exigencia del club, de su carácter apocado, del estilo que propone Mourinho y, sobre todo, de las lesiones. Pero cuando entra en contacto con el balón, se eleva la expectación porque algo suele ocurrir.

Tensión competitiva

En realidad, salió bien todo el Madrid, con chispa y tensión competitiva. Quería reencontrarse con su afición ahora que más la necesita. La Liga está perdida pero este club no puede permitirse que sus jugadores bajen los brazos y se dejen llevar. Y más en el Bernabéu. Se desplegó el equipo con rapidez y versatilidad, con Higuaín y Benzema, de inicio tirado a la derecha, bastante activos. Nadó a favor de corriente porque se adelantó pronto con un gol afortunado. Un centro de Cristiano, una carambola entre Beto y Fernando Navarro, y el balón que se le quedó al francés para marcar casi desde la raya.

Cristiano siempre quiere participar de la fiesta. Para el luso no hay trámites. Lucha contra sí mismo, competitivo como nadie. Se sacó de la chistera un gol extraordinario, de una plasticidad enorme. Hizo un regate eléctrico a Maduro y reventó el balón con el empeine izquierdo. El Sevilla trató de recomponer su triste figura sin éxito. Se acercó a los dominios de Diego López, le probó con algún disparo como el que perfiló un desdibujado Reyes, pero el lucense respondió con solvencia y cercenó cualquier esperanza de remontada. Blocó los balones, salió bien por arriba y dio sensación de seguridad en un día extraño para él. Apenas había disfrutado de la titularidad en el Sevilla y se enfrentaba a sus excompañeros como dueño de la glamurosa portería madridista. Por la forma en la que le saludaron y achucharon los hispalenses en el túnel de vestuarios, se demuestra que es un gran tipo, de esos que hacen grupo.

Un error de Fazio preludió el gol que cerró el partido en el comienzo del segundo tiempo. Regaló el balón a Cristiano, el menos indicado. Con un toque se marchó de dos y con otro definió con clase y precisión el luso. Y_poco después, cerró otra noche de ensueño con otro gol espléndido. Sacó el balón casi de su área, recorrió como un velocista todo el campo y culminó el pase de Higuaín. A partir de ahí, el choque se difuminó con acciones extrañas, expulsiones tontas y demasiadas faltas. Resulta que Arbeloa y Modric forzaron la quinta tarjeta para descansar ante el Rayo.