Angela Merkel conversa con el presidente de la UE, Herman van Rompuy, en un descanso de la cumbre. :: YVES HERMAN / REUTERS
Economia

Los países ricos empujan para forzar un tajo de 100.000 millones en la UE

Alemania y Reino Unido complican la aprobación del Presupuesto comunitario para el periodo 2014-2020

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los ajustes llegan al santuario del Presupuesto de la UE. Las cuentas comunitarias, que jamás se han reducido desde el nacimiento del bloque tras la Segunda Guerra Mundial, afrontan un tajo próximo a los 100.000 millones en el periodo 2014-20. Comandados por Alemania y Reino Unido, los países ricos presionaron en la cumbre de los Veintisiete que arrancó ayer para obtener un drástico recorte. Francia, España e Italia volvieron a formar frente común para intentar contener el tajo, lo que hizo encallar las negociaciones. Su resistencia sirvió para que se avanzara en el paquete para ayudar a atajar el paro juvenil, que ascendería a 5.000 millones.

Pero no empezaron con buen pie. Antes de que se sentaran a la mesa en Bruselas, el presidente de la UE, Herman van Rompuy, se vio obligado a alterar todo el plan de trabajo. Su intención inicial era que los mandatarios debatieran juntos el Presupuesto, pero tuvo que dar marcha atrás y organizar un carrusel de encuentros bilaterales ante las marcadas diferencias. Pese a que Angela Merkel y François Hollande se habían entrevistado la víspera, sus esfuerzos no sirvieron para acortar la brecha entre países ricos y pobres. La canciller, incluso, evidenció su pesimismo al llegar a la cumbre y admitió que no estaba segura de que pudiera alcanzarse un acuerdo.

Van Rompuy presentó a los socios una propuesta basada en las consultas llevadas a cabo durante los últimos dos meses. Estos contactos se pusieron en marcha tras el fracaso de la cita celebrada a finales de noviembre. Entonces, los Veintisiete no consiguieron sellar un pacto en torno al planteamiento inicial del presidente de la UE. En un intento por obtener el respaldo de los contribuyentes netos -los países ricos que aportan a las arcas más de lo que reciben-, el exprimer ministro belga propuso un tajo de 80.000 millones en unas cuentas que rondan el billón de euros. Su referencia fue el plan presupuestario de la Comisión, usado como base negociadora. Comparado con el periodo 2007-13, la reducción se limita a 26.000 millones.

Los socios ricos, especialmente Reino Unido, Alemania, Holanda y Suecia, ya advirtieron de que la oferta de Van Rompuy era insuficiente. Aunque con sus matices, todos exigían un recorte más profundo. Londres fue el más vehemente al reclamar un hachazo adicional de 30.000 millones, centrado en buena medida en el coste de los funcionarios de la Unión. Ayer, en su primera cita en Bruselas desde que anunció sus planes para celebrar un referéndum sobre la salida de su país del bloque comunitario, David Cameron advirtió de que Europa no podía ser «inmune a las presiones en el gasto» que soportan los gobiernos.

Van Rompuy no llegó tan lejos como para satisfacer plenamente a los británicos, aunque tenía previsto elevar hasta los 100.000 millones el tajo presupuestario. La dimensión de este recorte encaja más con las pretensiones germanas, el mayor contribuyente del bloque. En principio, el dinero se reduciría principalmente en el programa 'Conectado Europa', un entramado de inversiones ideado para mejorar las infraestructuras transfronterizas en transporte, energía y telecomunicaciones. También se contemplaba meter la tijera con los funcionarios. La guinda a su oferta fue el mantenimiento del cheque británico de 3.500 millones anuales.

Descontento en el Sur

El acercamiento a los socios del Norte no gustó en la ribera mediterránea. Hollande mostró su disposición a participar en unas negociaciones constructivas, pero dejó claro que no respaldaría unas cuentas que «ignoren el crecimiento». «Si hay quienes no son razonables, intentaré razonar con ellos, aunque hasta cierto punto», recalcó. Como ya es habitual, el presidente francés unió fuerzas con Mariano Rajoy y Mario Monti. El trío tiene en común su apuesta por unas políticas menos rigurosas y la defensa de los fondos agrícolas, que acaparan el 40% del Presupuesto. En el caso italiano, además, estima que paga demasiado y no se descartaba que pidiera alguna compensación, aunque sin llegar a exigir un 'cheque' al estilo británico.

No obstante, Van Rompuy evitó chocar con el eje mediterráneo y en su propuesta se cuidó de ampliar los tijeretazos a la Política Agraria Común (PAC). Además, buscó el apoyo del Sur con el paquete para combatir el paro juvenil. En total, se manejaba un fondo de alrededor de 5.000 millones que beneficiaría a los socios con un desempleo galopante como España y Grecia. Pero pese a sus esfuerzos, no consiguió desbloquear las negociaciones. El diálogo, que se adentró en la madrugada, también se enfrentaba a la sombra del Parlamento Europeo. La cámara debe dar el 'sí' a las cuentas, y ya ha alertado de que se opondrá si los ajustes responden en exceso a los intereses británicos de menos Europa.