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El arte de mesa y mantel de 'las naturalezas muertas'

Una exposición en la Fundación Juan March repasa once obras de bodegones flamencos y holandeses del siglo XVII

D. VALERA
MADRIDActualizado:

Contemplar la mesa y mantel que disfrutaban los comensales flamencos y holandeses del siglo XVII. Relucientes platos, cucharas, cuchillos, doradas copas con vino y platos con exquisitas viandas como arenques, cangrejos y numerosas piezas de fruta, pero también menús más austeros sin más que un mendrugo de pan y una jarra de barro. Todo está recogido en una selección de once magníficos cuadros que sintetizan este arte del norte europeo en una exposición denominada 'De la vida doméstica. Bodegones flamencos y holandeses del siglo XVII'. Las obras pueden contemplarse desde el 8 de febrero hasta el 3 de marzo en la Fundación Juan March de Madrid

"Queríamos hacer una muestra pequeña pero intensa", explica el director de exposiciones de la fundación, Manuel Fontán del Junco. Y es que a través de las pinturas de Osias Beert, Pieter Claesz, Willem Claesz Heda, Floris van Dijck, Jan Davidsz de Heem y Clara Peters el visitante realiza un recorrido por la historia de este arte denominado 'naturalezas muertas'. Un nombre acuñado en España para unas representaciones que se centran en mostrar el inmovilismo de objetos y alimentos sobre una mesa. Aunque la denominación resulta "inapropiada" para expertos como Teresa Posada, conservadora de pintura flamenca del museo del Prado. "Los objetos no están vivos o muertos y tampoco nos referimos en esos términos a los alimentos", afirma Posada.

Este tipo de pintura surgió en el siglo XVII en Holanda, donde el calvinismo, en contraposición al catolicismo, prohibía las imágenes de culto en iglesias y fomentó una pintura más descriptiva y doméstica. Esto fue lo que permitió una mayor evolución del bodegón en esas regiones del norte continental. Estas representaciones describen una aparente simplicidad en la disposición de los objetos alrededor de una mesa. Todo un repertorio de alimentos, en especial frutas, (cerezas, melones, uvas) colocados en un artístico desorden. Sin embargo, cada cuadro esconde mucho más. Desde la rotundidad de sus volúmenes hasta la espectacularidad de los reflejos de luz en las copas y jarras. Una técnica tan espectacular y realista que, dicen, los autores guardaban como un auténtico secreto.

Este repaso que comienza con los cuadros más sencillos de Osias Beert, pionero de este arte a comienzos del siglo XVII con obras como 'Bodegón con nautilus y frutas en un plato Wan-li', donde todos los elementos se reparten con pulcritud en la mesa. Sin embargo, los lienzos de otros autores harán evolucionar esta técnica hasta componer unas 'mesas monocromas', donde los objetos ya no están cuidadosamente colocados, sino que aparecen abandonados, mostrando la imagen de una mesa tras la comida, con copas volcadas y restos de alimentos. 'Bodegón con copa sobredorada, tazza y melón', de Jan Davidsz de Heem, es un ejemplo de esta nueva distribución espacial de los elementos. Sin embargo, detrás de ese aparente desorden se esconde una composición muy estudiada, donde los objetos se enlazan en un juego de curvas contrapuestas.

¿Qué pretendían expresar los autores? Muchos expertos han creído ver mensajes ocultos en los lienzos, mientras que otros defienden una visión puramente visual, donde la función de la pintura era la descripción de la realidad. "El significado de estas representaciones de mesas podría residir, simplemente en la evocación de los distintos sabores y texturas", concluye Posadas.