OCI: ¿Rutina o escenario?
Hay un cierto cambio en el approach diplomático internacional a la tragedia siria que parece basarse en el criterio, que ha ganado peso, de que el conflicto no tiene solución militar...
MADRID Actualizado: GuardarUna primera evaluación de la esperada declaración sobre Siria que la Organización de la Conferencia Islámica hizo ayer tras concluir una cumbre de dos días en El Cairo remite a una decepción completa: en resumen una rutinaria exhortación al fin rápido de la violencia, un llamamiento al diálogo político entre las partes, apoyo al mediador internacional, Lajjdar Brahimi, y un calculado pellizco a la ONU por no haberse hecho cargo del trágico dossier.
Pero también se puede interpretar como una adicional “compra de tiempo” con el objetivo de dar un margen adicional a la novedad en curso: el paso dado por el reconocido jefe de la oposición unida en una “Coalición Nacional”, el sheik Ahmad Musa al-Jatib, quien sorprendiendo bastante, declaró la semana pasada en París que está listo para hablar con representantes del régimen sirio… aparentemente sin exigir previamente la renuncia del presidente Assad.
La declaración provocó declaraciones encontradas que obligaron a matices y puntualizaciones que, sin embargo, no alteraron lo esencial, al punto que el propio al-Jatib, añadió que, por ejemplo, podría negociar con el vicepresidente sirio, Faruq al-Sharaa, que no está vinculado a la represión.
Por lo demás, salvo error, las condiciones previas exigidas a cambio (la liberación de los presos políticos y la entrega de pasaportes a los exiliados dispersos sin papeles por la región) parecen haberse reducido a un gesto: la libertad de todas las mujeres detenidas… todo un poco confuso, poco preciso y sin visible reacción en Damasco.
La “no solución”
Hay un cierto cambio en el approach diplomático internacional a la tragedia siria que parece basarse en el criterio, que ha ganado peso, de que el conflicto no tiene solución militar… en tanto se mantenga la unidad de las fuerzas armadas y los servicios de seguridad, fieles al régimen… y las entregas rusas e iraníes de equipo militar.
El paso del tiempo y el punto muerto sobre el terreno: el régimen controlas las grandes ciudades, centros de comunicaciones, puertos y aeropuertos y ha cedido parte del campo y las áreas kurdas del noreste a los rebeldes. El frente tribal-confesional tampoco se ha desmoronado y el boicot diplomático que es muy intenso (por ejemplo: Siria no estaba presente en El Cairo porque la OCI suspendió su pertenencia hasta nueva orden) ….
El pretendido giro de la rebelión al respecto no puede darse por hecho y es tan ambiguo y táctico que debe ser tomado con cautela. Más fácil será, si finalmente se confirma, establecer si la comunidad internacional asume a su vez, un cambio.
Morsi entra en escena
El diario cairota “Al Ahram” algo sugiere en su edición digital esta mañana y se hace eco de lo que parece una iniciativa del presidente egipcio, Mohamed Morsi tras reunirse con otros dos factores de gran peso en el conflicto, los presidentes Ahmadineyad, de Irán, y Gul, de Turquía, ambos presentes. Estaría sopesando, desde el nuevo criterio de al-Jatib, proponer una nueva solución regional.
El comunicado, en fin, está hecho con la materia diplomática por excelencia: no estorbar. Siria, realmente, podría suscribirlo pues patrocina una solución política basado en un diálogo nacional. Falta saber si hay realmente un trabajo paralelo entre bastidores y confirmar si la posición de Moscú se mantiene inalterable.
En Washington examinan a día de hoy la petición de la Coalición Nacional de abrir oficina permanente allí y en Nueva York y mantienen la severa crítica política y moral de la conducta del régimen… y un perfil bajo sobre cómo proceder en términos militares, aunque conviene recordar que, como reveló el “New York Times”, el verano pasado la Casa Blanca rechazó un plan presentado por Hillary Clinton y el general Petraeus (entonces jefe de la CIA) para armar secretamente a los rebeldes.