«Pegaron al que trató de hacerles frente»
Los jóvenes españoles, de entre 24 y 38 años, habían alquilado este bungalow en Acapulco para pasar el fin de semana
Actualizado:Alberto Tabernero todavía anda con el susto en el cuerpo. Su hijo Jacobo es uno de los 13 jóvenes españoles que sufrió el brutal asalto mientras descansaba en la madrugada del lunes en un bungalow a pie de playa en Acapulco. Después de varios días de nervios y confusión, con la incertidumbre que genera estar a miles de kilómetros de tu familia en un momento como este, Alberto por fin pudo hablar el tiempo suficiente con su hijo para saber qué pasó y, sobre todo, para disipar cualquier duda sobre su estado físico. «Lo más importante es que están bien. Al final, ha tenido suerte de que la cosa no haya sido más grave. De hecho, no tiene pensado volver a casa por lo que le ha pasado», reconoce en una conversación con este periódico.
Después de sus «maratonianas declaraciones» ante la Policía, las autoridades mexicanas han pedido a los jóvenes que no den demasiados detalles de lo ocurrido. Según apuntan varias fuentes cercanas a los agredidos, las investigaciones se encuentran bajo secreto de sumario y se pretende preservar el anonimato de las chicas que fueron violadas durante varias horas por los cinco asaltantes. También impera la ley del silencio en el consulado español situado en la capital del país azteca, que ayer se negó a aportar ningún dato sobre lo ocurrido. Y algunos de los jóvenes habían bloqueado ayer sus redes sociales para tratar de salvaguardar su intimidad.
Natural de La Coruña, Jacobo fue a buscarse la vida a México DF hace solo unos meses y en octubre firmó por una consultoría centrada en las nuevas tecnologías, después de varios años trabajando como desarrollador y diseñador web en una empresa radicada en Santiago de Compostela. Alberto explica que, como otros muchos jóvenes que rondan la treintena, su hijo se marchó por la falta de oportunidades del mercado laboral.
Indicios firmes
Jacobo no tardó en conocer a muchos españoles que también han emigrado a la ciudad sudamericana para labrarse un futuro mejor. Fue, precisamente, con un grupo de amigos de distintas provincias españolas -de entre 24 y 38 años- con los que decidió alquilar un bungalow en la playa Bonfil de Acapulco, en el estado de Guerrero, uno de los principales destinos turísticos que, sin embargo, está salpicado por continuos episodios de violencia por las luchas entre los narcotraficantes. En el grupo que alquiló el inmueble había también «alguna pareja».
El ataque se produjo sobre las dos y media de la madrugada (hora local), cuando «casi todos» estaban ya dormidos. Después de reducir a algunos empleados del complejo hotelero, los cinco encapuchados armados asaltaron la vivienda. Según relata Alberto, los asaltantes solo golpearon al único chico que trató de «hacerles frente». Ya sin oposición, repartieron a los chicos por las habitaciones y consumaron las violaciones durante varias horas.
Por otra parte, la fiscal general, Martha Elva Garzón, señaló que contaban con «indicios firmes para dar con los responsables», con «avances importantes» en la investigación. No solo de este caso, sino de otro que ha trascendido ahora sobre la violación de dos turistas mexicanas.