Tres semanas de huelga en Iberia tras cerrarse la última vía de negociación
Los sindicatos convocan paros totales en períodos de cinco días (de lunes a viernes) entre febrero y marzo, aunque dejan fuera la Semana Santa
MADRID.Actualizado:Era la crónica de una huelga «preanunciada» desde que la semana pasada concluyera sin acuerdo el largo mes de negociaciones que habían mantenido Iberia y sus distintos colectivos laborales, con el fin de lograr un pacto que mitigara los efectos del severo Plan de Transformación presentado por la aerolínea el pasado 9 de noviembre. Los seis sindicatos de tripulantes de cabina y trabajadores de tierra de la compañía (UGT, CC OO, CTA, USO, Sictpla y Asetma), que representan al 93% de la plantilla, convocaron ayer tres semanas de paros totales (24 horas) hasta abril, distribuidos en períodos de cinco días no consecutivos: del 18 al 22 de febrero, entre el 4 y el 8 de marzo, y del 18 al 22 de marzo. Eso sí, dejaron fuera fines de semana y la Semana Santa, primer barómetro para pulsar las expectativas anuales del sector turístico español.
Aunque las posibilidades de retomar el diálogo con la ayuda del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) eran mínimas, ambas partes presentaron sendas propuestas en la reunión que mantuvieron en su sede, paso previo obligado antes de ir a la huelga. La diferencia es que mientras la jefatura de Iberia se remitió a la propuesta presentada el pasado 31 de enero -justo el día que concluía el plazo para una solución pactada-, los sindicatos presentaban un documento con varias vías para alcanzar un ahorro de costes laborales «superior al 40%». según estimaron. Entre ellas, figura un recorte salarial directo del 10%, una congelación de todas las retribuciones, renuncias a distintos complementos y la salida de la empresa de 2.600 empleados.
En dicha oferta, la compañía ofrecía básicamente reducir la supresión de empleos prevista de 4.505 a 3.147 (del 23% al 16% de la plantilla), situar el ajuste salarial entre el 11% y el 23% (frente a la franja anterior del 25%-35%) y moderar la reducción de capacidad hasta el 10% (ante el 15% previsto en un principio). Los sindicatos, sin embargo, ven 'letra pequeña', pues hay que añadir el impacto de la congelación de los sueldos entre 2013 y 2016 (y probablemente 2017) y también de los 'deslizamientos' -progresión económica por aumentar nivel y antigüedad-.
La huelga convocada en Iberia, tachada de «desproporcionada» y «amenaza intolerable» desde la dirección, es la mayor registrada en sus servicios de mantenimiento -donde cuenta con un centenar de clientes de todo el mundo- y 'handling (asistencia en tierra)' -donde da servicio a más de 220 compañías-, aunque solo una más en la larga historia de conflictividad de la aerolínea. El último episodio tuvo lugar hace justo un año, en un paro total (también en semanas alternas) que los pilotos empezaron en diciembre de 2011 y concluyeron en febrero de 2012, tras alcanzar un acuerdo para desconvocar el resto de jornadas de movilización previstas entre marzo y mayo.
Los pilotos, el lunes
Precisamente los 1.450 pilotos de la aerolínea -cuya representación mayoritaria ostenta el sindicato Sepla- se reunirán el lunes próximo para decidir si se unen a los paros de tripulantes de cabina y trabajadores de tierra. Este colectivo, que ha mantenido negociaciones por separado con la empresa aunque con el mismo fin (paliar los efecto del Plan de Transformación), sigue a la espera desde el jueves pasado de que la dirección conteste a su última contraoferta, que incluye un ajuste salarial de hasta el 60% y más facilidades de integración de personal con la filial de bajo coste Iberia Express.
Dado que el expediente de regulación de empleo (ERE) que presentará la compañía en un plazo estimado de dos semanas también les afecta -allí se abriría otra vía de negociación, aunque limitada a las condiciones de los 4.505 despidos-, fuentes del sector esperan que los pilotos terminen secundando la protesta o, al menos, que el Sepla deje libertad a sus asociados para sumarse a la huelga. Vistos los antecedentes, el Ministerio de Fomento será el que finalmente fije los servicios mínimos, que probablemente incluyan todas las conexiones con Canarias y Baleares, un 50% para los vuelos nacionales de más de cinco horas y los extranjeros de menos de seis horas, y el 25% (o menos) para el resto.