Fútbol

El Barça manda en 'La Roja'

El estilo azulgrana coincide con lo que quiere Del Bosque, cada día más alejado de la propuesta de Mourinho en el Madrid, y el resultado es un 'once' de España repleto de barcelonistas

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l empate cedido ante Francia en octubre de 2012 , un 1-1 que comprometió la clasificación directa de la selección española para el Mundial 2014 de Brasil, abrió los ojos a Vicente del Bosque, menos político que nunca y más decidido que antaño a apostar por un estilo de juego con el que congenia más: el del Barça, con posesión de balón y 'delantero mentiroso' (Cesc), en lugar del de Madrid, basado en el contragolpe letal y la pegada.

El primer partido de 'La Roja' en 2013 lo confirmó: en el 3-1 sobre Uruguay en Catar jugaron siete barcelonistas de inicio (Valdés, Puyol, Alba, Busquets, Iniesta, Cesc y Pedro) y llegaron a coincidir ocho en el campo cuando entró Villa y Piqué sustituyó a Puyol. Con Xavi, que no apareció el miércoles por lesión, serían nueve. Y Thiago, no convocado en esta ocasión, está en la recámara. Con Iker Casillas lesionado para la cita en Francia y con permiso de Xabi Alonso, aún titular indiscutible, no costaría imaginar un once formado por Valdés; Ramos, Puyol, Piqué, Alba; Xavi, Busquets, Iniesta; Pedro, Cesc y Villa.

Posiblemente es la opción que Del Bosque idealiza, con Sergio Ramos de lateral como único no culé, aunque los pocos minutos en su club del 'Guaje' invitan a adelantar la posición de Iniesta a la delantera para incluir a Xabi Alonso en ese doble pivote que nunca, pese a los éxitos, ha acabado de quedar engrasado. Alternativas al margen (Azpilicueta para el lateral, Ramos al eje y Puyol al banquillo), en Doha se apreció que el seleccionador tiene un plan que le separa totalmente del ideario futbolístico de Jose Mourinho, a quien Del Bosque también atiza cuando puede, aunque con elegancia y de forma subliminal.

En una Liga bipolar, pese a la irrupción del Atlético de Madrid, una apuesta tan contundente por el fútbol del Barça puede crear una polémica entre la legión de fieles del Madrid. Y al mismo tiempo provocará el enfado del club azulgrana, que ya se ha sorprendido por el 'abuso' que se ha hecho de sus jugadores en Catar en comparación con la utilización de los integrantes de sus rivales en el campeonato doméstico. Del Bosque tiene tablas y paciencia para lidiar con todos los problemas que aparezcan.

Ajenos al debate

De momento, ajenos a ese debate, dos jugadores del Barça demostraron ante Uruguay que son ahora pilares de la nueva España. Ya ganaron el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012 (el de Arenys incluso la Eurocopa 2008), pero hoy tienen más protagonismo y peso específico en el equipo. Se trata de Pedro y Cesc. Por si todavía quedaba algún resquicio de duda, Pedro reivindicó una vez más que, si físicamente está a tono, es indiscutible. Su aportación experimenta un crecimiento exponencial. "Nos aporta profundidad, movilidad, fuerza, dinamismo y gol. Es un jugador que siempre sabe lo que tiene que hacer", destacó Del Bosque tras la exótica cita. El tinerfeño acumula nada menos que nueve goles con la selección en los últimos seis partidos. Remató marcó y presionó. Dibujó un partido completísimo y actuó con un punto de intensidad más típico de un duelo de competición que de un bolo. "No es lo mismo un partido de clasificación para el Mundial que jugar en Doha, pero hay que motivarse porque lo importante es sumar una victoria más y sobre todo, mantener el mismo nivel de juego", concluyó el azulgrana, que suma nueve goles en sus últimos seis partidos con España.

Cesc, del que siempre se dijo que con 'La Roja' no alcanzó el mismo nivel que en sus clubes, sobre todo cuando era el 'jefe' de los 'gunners', también se ganó el puesto pensando en París. Ni siquiera la recuperación de Xabi Alonso y de Xavi deberían devolverle de vuelta al banquillo. Si, como todo apunta, Del Bosque se decanta por el 'nueve mentiroso' para la final de París, Fábregas es el elegido para esa misión. Inició su leyenda con España en la Eurocopa 2008 cuando marcó el penalti decisivo que acabó ante Italia con la maldición de cuartos, hace ya casi un lustro, y cada día es mejor. No luce como el versátil Iniesta, ni maneja el 'tempo' de los partidos como Xavi, pero domina todas las suertes. Asume galones, marca, asiste y se asocia casi a ciegas con sus compañeros. Salvando las distancias, sería el 'Messi' en la España 'barcelonizada' de Del Bosque. Es el seleccionador campeón de Europa y del mundo. Si cree en ello, habrá que respetarle.