El presidente Obama prepara en la Casa Blanca un discurso con Jon Favreau (también en la imagen pequeña). :: EFE / REUTERS
MUNDO

Obama pierde a su joven 'cerebro'

Jon Favreau escribió los discursos del presidente de EE UU desde la primera campaña y ahora deja la Casa Blanca para triunfar en Hollywood

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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De todas las pérdidas que Barack Obama está sufriendo en su Gabinete de cara al segundo mandato recién iniciado, ninguna afectará tanto a la voz del presidente como la de Jon Favreau. El joven de 31 años que ya corregía a Obama cuando tenía solo tenía 23 ha dedicado los últimos seis a sincronizarse con su pensamiento para escribirle los discursos que han hecho historia. Pero ahora quiere volar. Su sueño, triunfar en Hollywood, probablemente influido por su relación con la hija del músico Quincy Jones, la actriz Rashida Jones.

Lo dijo ayer 'Los Angeles Times', según el cual cuando Favreau renuncie a los 172.000 dólares de sueldo anual (unos 127.000 euros) se quedará en Washington una temporada, pero ya ha contado a sus amigos que lo que realmente desea es seguir los pasos de Jon Lovetts, otro de los jóvenes que escribía discursos para Obama, ahora coautor de la serie '1600 Penn'. Su experiencia de un mandato en la Casa Blanca le proporciona todos los contactos, pero también todo el material. «Puede escribir comedia, drama, suspense, historia», sonrió David Plouffe, otro de los asesores de confianza que ha abandonado el trabajo directo con el presidente.

A Favreau le llamaban 'el lector de mentes', porque su trabajo era adivinar el pensamiento de Obama. Desde que éste le contrató cuando llegó al Senado, el joven de Massachusetts que había trabajado para John Kerry se ha leído todo lo que el presidente de EE UU ha escrito y todo lo que le ha influenciado para llegar a adivinar su pensamiento.

Gracias a Favreau dicen que Obama es «un hombre con dos cerebros». Cuando toca preparar un discurso, el presidente se sienta durante media hora o una hora con el más joven de sus 'cerebros', cuya misión es 'descargar', dice en lenguaje de internet, todo lo que el mandatario lleve en la cabeza. Obama habla y Favreau toma notas. Con ellas arma el primer borrador, que ambos cruzarán varias veces hasta conformar la versión definitiva.

En el Ala Oeste

«Cuando trabajan juntos es como ver a dos músicos componer», ha dicho de la pareja David Axelrold, arquitecto de la victoria de Obama.

Favreau, que estrenó la generación Facebook en la Casa Blanca, pasó de escribir los discursos del candidato a golpe de cafeína en un Starbucks a tener despacho propio en el Ala Oeste a los 27 años. Mantuvo su estilo deportivo y su corte de pelo de aviador con media barba, aprendió desde muy pronto a defender sus argumentos frente a políticos de peso y causó problemas a Obama cuando alguna de sus juergas con los amigos llegó hasta las redes sociales.

Así ocurrió con aquella foto en la que Favreau aparecía agarrándole el pecho a una Hillary Clinton de cartón, mientras otro de sus amigos besaba la imagen de la exsecretaria de Estado y le empinaba un botellín de cerveza. Eso fue, claro está, durante la campaña por la nominación.

Ya en la Casa Blanca protagonizó algún que otro titular de ese estilo, porque al fin y al cabo seguía siendo un veinteañero descubriendo el mundo, pero el poder le ha obligado a madurar pronto, aunque no a dejar de soñar. Hollywood le espera. En su lugar se quedará otra voz joven, algo más nostálgica, que trabajó para Ted Kenendy: Cody Keenan, que con el ascenso recibe un aumento de 100.000 dólares (73.600 euros).