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Ahmadineyad pierde el respaldo de la Cámara

El dirigente tiene al Parlamento en contra, cuyo presidente es uno de los nombres con más fuerza para sustituirle al frente del país

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«Es un acto odioso. A mi regreso a Teherán me encargaré del asunto». Esta fue la reacción de Mahmud Ahmadineyad a la agencia Irna cuando le comunicaron la detención de Said Mortazavi en Teherán. El presidente estaba a punto de subir al avión que le llevó a Egipto, donde protagoniza la primera visita de un presidente iraní desde el triunfo de la revolución, y no regresará hasta el viernes cuando podrá ocuparse de la situación de su amigo personal y ex fiscal general de Teherán, acusado de la muerte por torturas de tres prisioneros en las protestas que estallaron tras las elecciones presidenciales de 2009. El único caso reconocido por el régimen, pese a las innumerables denuncias realizadas por parte de los opositores.

El domingo, cuando arrancaban los fastos de celebración del 34 aniversario de la revolución, el Parlamento vivió el enésimo enfrentamiento abierto entre Ahmadineyad y el presidente de la cámara, Ali Lariyani, que se acusaron mutuamente de corrupción. El dirigente ultraconservador tiene al Parlamento en contra y Lariyani, miembro de un clan muy próximo al Líder Supremo, es uno de los nombres que suena con más fuerza para ser el próximo presidente del país.

El caso contra Mortazavi, calificado de «violador en serie de los derechos humanos» por Human Rights Watch, lo abrió precisamente un comité especial del parlamento en 2010 y la investigación concluyó que fue el responsable de ordenar recluir a «147 opositores en una habitación de 70 metros cuadrados junto a presos peligrosos y en malas condiciones de salubridad». Tres de ellos perdieron la vida. Fue destituido como fiscal, pero a los pocos meses, pese a tener una causa judicial abierta, otro hombre leal a Ahmadineyad, el ministro de Trabajo, le nombró director de la Seguridad Social. Esta designación sentó muy mal en la Cámara que este mismo domingo, durante una de las sesiones más tensas que se recuerdan, votó por mayoría de dos tercios una moción de censura contra este ministro. Con lo que Ahmadineyad ha perdido a dos aliados en menos de una semana.

Mortazavi es una víctima más de la división entre ultra conservadores que sufre la república islámica desde las elecciones de 2009. Entonces todos se unieron en torno a la figura de Ahmadineyad para hacer frente a los reformistas, pero durante la última legislatura se ha producido un distanciamiento entre el ala más religiosa encabezada por el Líder Supremo, Alí Jamenei, y el ala político-paramilitar, encabezada por el presidente y algunos sectores de la Guardia Revolucionaria.