Karzai (a la izquierda) y Zardari, con David Cameron ayer en su residencia campestre. :: DAVID PARKER/ AFP
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Afganistán y Pakistán ponen plazo para la paz con los talibanes

Los presidentes de ambos países se dan seis meses para estabilizar la región antes de que la OTAN termine su misión sobre el terreno en 2014

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Después de doce años de guerra abierta, Afganistán y Pakistán se han marcado un plazo de seis meses para alcanzar la paz con los talibanes. Los presidentes Hamid Karzai y Ali Zardari viajaron a Londres para reunirse con el primer ministro británico, David Cameron, y cerrar un acuerdo de cooperación «sin precedentes», según el comunicado hecho público al finalizar la cita.

La OTAN terminará su misión en 2014 y poco a poco los ejércitos van reduciendo efectivos sobre el terreno para ceder el control a las fuerzas afganas. De la reunión de Londres, la tercera de este tipo apadrinada por Cameron, se desprende que las autoridades quieren que el repliegue vaya acompañado de «un proceso político en el que todo el mundo participe», una alusión directa a los talibanes, para quienes se acordó la apertura de una oficina en Doha donde podrán negociar con el Alto Consejo de Paz Afgano, único interlocutor válido para el diálogo directo.

Fue la reunión más importante celebrada hasta el momento para abordar el tema de la pacificación y junto a los presidentes estuvieron presentes altos mandos de los respectivos ejércitos y agencias de inteligencia. Falta por conocer la respuesta talibán a la oferta, ya que hasta el momento todos los intentos de acercamiento han fracasado.

Hamid Karzai ha logrado lo que llevaba pidiendo de forma abierta casi desde su llegada al poder tras el colapso talibán en 2001. Después de cada gran atentado o de cada ofensiva de primavera por parte de la insurgencia, el presidente apuntaba a «intereses extranjeros» como máximos responsables de la inestabilidad; unos «intereses» encarnados por Pakistán y sus servicios de inteligencia, a quienes acusa de ofrecer un santuario para los fundamentalistas.

Tras la firma de este acuerdo su tono fue mucho más cordial y expresó sus deseos de tener unas relaciones con Pakistán «muy cercanas, de hermanos y buenos vecinos». Este nuevo marco, sin embargo, será gestionado por otro presidente ya que Karzai concluye su mandato en 2014, misma fecha del repliegue internacional, y la Constitución le impide presentarse a un tercer mandato consecutivo.

Zardari se mostró positivo y afirmó que «la paz en Afganistán es la paz en Pakistán. Sentimos que solo podemos sobrevivir juntos». La salida de la OTAN influye directamente en el Gobierno de Islamabad, que se mostró dispuesto a acabar con los santuarios para insurgentes afganos y accedió también a estudiar la petición de Karzai de liberar a altos cargos del régimen fundamentalista encerrados en prisiones del país, entre ellos el mulá Baradar, 'número dos' de los talibanes.

Sobre el papel, esta salida de los radicales afganos permitiría a las fuerzas de seguridad centrarse en los talibanes locales, un punto complicado debido a los lazos tribales entre los insurgentes, de etnia pastún, que están por encima de las fronteras marcadas en los mapas.

Reproches a la OTAN

El presidente afgano aprovechó la visita a Reino Unido para conceder una entrevista a 'The Guardian' en la que arremetió contra la estrategia militar de la coalición internacional y afirmó que provincias como Helmand, bajo responsabilidad de las fuerzas británicas, «eran más seguras antes de su llegada», extremo que hizo extensible al resto del país.

El presidente también se refirió al repliegue internacional y aseguró que no tenía claro si se realiza porque los gobiernos occidentales «sienten que han alcanzado su objetivo de luchar contra el terrorismo y debilitar a Al-Qaida, o porque luchaban en el lugar equivocado en primer lugar, con lo que deben marcharse».