Un año clave para el futuro de Cristina
La presidenta argentina afronta el mandato decisivo para su continuidad bajo un creciente descontento social
BUENOS AIRES.Actualizado:Acostumbrada a que los resultados electorales siempre la favorezcan, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, inicia este año un periodo que se vislumbra difícil, en el que se juega el destino político de su proyecto y su continuidad como líder del 'kirchnerismo'. Con una imagen pública que se ha ido deteriorando durante el último ejercicio, Cristina se someterá en octubre a elecciones legislativas, que si bien no alterarán su mayoría en el Congreso, son claves para definir si podrá llevar adelante un proceso de reforma constitucional que la habilite a postularse a un tercer mandato.
En caso de que los votos sean insuficientes para soñar con la reelección, el interrogante es quién será su sucesor. Todavía no ha emergido un delfín al que transmitirle el legado como ocurrió en Brasil, cuando su entonces presidente, Luiz Inacio Lula da Silva, designó a Dilma Rousseff como su heredera. No obstante, el oficialismo cuenta con una ventaja que le permite mantener viva esa incógnita. En la oposición no hay candidatos capaces de capitalizar el creciente descontento social con el Gobierno de Fernández.
Según una encuesta realizada por la empresa Management and Fit, el Ejecutivo argentino terminó 2012 con una aprobación cercana al 30% y un rechazo del 60%, unos porcentajes prácticamente idénticos a los arrojados por la imagen personal de la presidenta. Menos del 30% la juzga buena o muy buena, mientras que para el 64% es regular o mala. Nada que ver con los sondeos realizados en octubre de 2011, cuando se celebraron las presidenciales y la mandataria ganó con el 54% de los votos. Entonces su Gobierno tenía una aprobación del 64%.
De momento, solo el gobernador de la provincia de Buenos Aires se ha ofrecido como sucesor, aunque le faltan respaldos. Daniel Scioli ya ha dicho que si hubiera una reforma constitucional, la presidenta contaría con su apoyo, pero en caso contrario «podría tener mis aspiraciones como cualquier otro dirigente». Las encuestas otorgan a Scioli un apoyo del 40%. Es decir, que pese a la mala imagen que lastra el Gobierno, está mejor situado en los sondeos que su 'jefa'. Su esposa, la exmodelo Karina Rabolini, ya ha dejado claro en unas declaraciones publicadas en enero que su marido «sería un buen presidente». «Ha ganado más con el consenso que con la confrontación», dijo en referencia a las cualidades que le faltan a Cristina.
Las aspiraciones de Scioli chocan con la postura de diversos miembros del oficialismo que cierran filas en torno a la presidenta. «No sé si alguien se lo preguntó, pero ella es la gran candidata. Va más allá de su voluntad. Es la mejor dirigente política para encarar un nuevo periodo», sostuvo el ministro de Planificación, Julio de Vido, en recientes declaraciones a la emisora Radio 10.
El «mejor equipo»
La presidenta y su entorno tampoco confían en Scioli al considerarlo un hombre muy permeable a intereses corporativos. «No solo me enteré de que mantiene sus ahorros en dólares (está en todo su derecho a hacerlo) sino que cuando el periodista le preguntó por el total de sus divisas, rehusó a contestar», criticó Cristina Fernández refiriéndose al gobernador de Buenos Aires en la carta que le escribió al actor Ricardo Darín después de que este cuestionara la legitimidad del patrimonio de la mandataria.
Scioli ha admitido que tiene una cuenta con 200.000 dólares (146.000 euros) para hacer frente al tratamiento que realiza en Europa por su prótesis. El político perdió el brazo derecho en un accidente ocurrido en 1989 cuando era piloto de motos acuáticas, antes de que el presidente Carlos Menem lo llamase para trabajar en política. Los analistas sostienen que Scioli es ambiguo, pero es precisamente esa indefinición la que le permite mantenerse en el candelero. No se enfrenta a la oposición, pero tampoco aplaude al Gobierno nacional. Si el oficialismo decidiera apoyarlo, sería porque no tiene otra opción.
En las filas de la oposición, uno de los candidatos que aspira a la carrera presidencial es Mauricio Macri, alcalde de Buenos Aires. «Sí, claro que sí», respondió cuando le preguntaron si podría ganarle al 'kirchnerismo' en 2015. «Creo que puedo armar el mejor equipo que se haya visto en Argentina de Frondizi para acá», dijo en alusión al mandatario desarrollista Arturo Frondizi, que gobernó desde 1958 a 1962. «Tengo mucha experiencia en el mundo empresarial, en Boca (el club de fútbol del que fue presidente) y en la ciudad. Conozco el sistema y creo entender hacia dónde va el mundo», zanjó. Pero Macri no lo tendrá fácil. Su imagen pública está por los suelos y Cristina es mucha Cristina.