La primera dovela del tramo atirantado ya cuelga de la pila 13. | ANTONIO VÁZQUEZ
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El tablero del puente alcanzará la mitad de la Bahía en primavera

Solo restan cuatro movimentos para que la estructura llegue a la pila nueve

Cádiz Actualizado: Guardar
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El nuevo empuje que ha recibido esta misma semana el tablero del segundo puente desde la orilla de Cádiz introduce otro cambio en la tradicional imagen de la Bahía pero, al mismo tiempo, evidencia un desarrollo importante de la obra. La última maniobra ha colocado la plataforma en la pila siete. La obra avanza y lo hace cumpliendo los plazos previstos por el Ministerio de Fomento. No ha sido fácil llegar a este punto. La construcción del nuevo puente de la Bahía ha superado desde su inicio, en abril de 2007, dos grandes parones por cuestiones económicas. El estallido de la crisis obligó al Gobierno socialista a meter la tijera en la obra pública y definir las prioridades del Ministerio de Fomento de cara al futuro. El puente se salvó de la quema, pero estuvo parado hasta que se resolvió su presupuesto. Sin embargo, fue el Gobierno del PP el que garantizó en marzo de 2012 la financiación total de la obra, gracias a un nuevo programa inversor.

El tramo del puente que arranca en la glorieta de El Corte Inglés y enfila hacia La Cabezuela tiene un recorrido de 580 metros, de los que 320 ya son una realidad sobre el mar. La unión temporal de empresas (UTE) formada por Joama y Ascamon, ambas ubicadas en Asturias, han sido las encargadas de construir en sus talleres las 35 secciones que componen este tramo, que cubre desde la pila uno, anclada en la orilla de la ciudad, hasta la que hace número nueve, situada casi en mitad de la Bahía. Los ingenieros prevén que el montaje total culmine la próxima primavera con el desplazamiento por empuje de las cuatro últimas secciones. Cabe recordar que esta maniobra comenzó el 12 de septiembre de 2011. El entonces vicepresidente Tercero del Gobierno, Manuel Chaves, asistió al empujón de los primeros 38 metros de tablero, correspondientes a un bloque de 111 metros y 1.600 toneladas de peso. Chaves aseguró aquel día que la obra estaría terminada en 2012 para conmemorar el Bicentenario. No fue así.

Una vez que concluya la instalación del tablero que parte de Cádiz, le tocará el turno al denominado tramo desmontable, que va desde la pila nueve a la diez. La empresa Dragados Offshore se encargó de su construcción hace ahora dos años. La pieza en cuestión tiene una envergadura de 150 metros y se encuentra depositada en los terrenos de la factoría a la espera de su instalación. El programa de obras que maneja Dragados prevé que el montaje total del tablero que discurre entre la pila uno y la diez, es decir, unos 700 metros, concluya en el primer semestre de 2013, mientras que la colocación en altura de los 1.180 metros que ocupa el tramo atirantado, desde la pila once hasta la quince, ya en el Bajo de La Cabezuela, se desarrolle entre este año y 2014. No hay que olvidar que el nuevo acceso a Cádiz tiene una longitud de 5 kilómetros si contamos desde el nudo de Río San Pedro, de los que tres kilómetros discurren por encima del mar.

El proyecto, por tanto, aborda ahora una de sus fases más complejas. Se trata del ensamblaje del tramo atirantado. Su construcción ha comenzado a primeros de este año con el izado de la primera dovela en la pila 13, uno de los ejes del puente junto con la pila 12. Este tramo se ha fabricado en los talleres de la empresa sevillana Tecade y se encuentra seccionado para su ensamblaje en los terrenos de La Cabezuela.

El trabajo de ingeniería resulta clave en este proceso. Dragados ha colocado dos grúas junto a la pila 13, que se encargarán de elevar las distintas secciones, pero el trabajo se complicará en los próximos meses cuando el izado se haga en la pila 12, en mitad del agua. Será entonces cuando dos grandes barcazas o gabarras ocupen el centro de la Bahía para subir las dovelas a 69 metros de altura, el punto gálibo del puente de mayor altura. El tablero lo sujetarán los 176 tirantes que partirán de los dos ejes centrales, es decir, 88 tensores por pila.

El proceso de la obra sigue su curso y aunque la intención de Fomento es acabar el puente a finales de 2014 todo apunta a que la inauguración oficial será muy cerca de las elecciones municipales de mayo de 2015. La ministra de Fomento, Ana Pastor, visitó la obra en marzo del año pasado y fue la encargada de arrojar algo de luz sobre su futuro. Pastor confirmó que al puente le quedaban algo más de quince meses de trabajos y, al mismo tiempo, despejó todas las dudas e incertidumbres sobre su financiación. El Ministerio reservaba entonces para cumplir con la inversión durante 2012 algo más de 41 millones de euros y ampliaba en 2013 la partida presupuestaria hasta los 68,3 millones de euros. El Ministerio deja para 2014 un pellizco de 52,7 millones de euros para pagar el recibo final de esta obra. Sin embargo, el proyecto se ha ido de las manos. El nuevo puente de Cádiz se adjudicó en marzo de 2007, con la socialista Magdalena Álvarez como titular de Fomento, por un importe de 270 millones de euros y, si no hay nuevas sorpresas, costará casi el doble, 432 millones de euros, según consta en el presupuesto de este año.

La ministra Pastor fue muy clara durante aquella visita a Cádiz. En primer lugar rebautizó el puente con el nombre de ‘Constitución de 1812’ y eliminó de un plumazo la denominación que puso el Gobierno anterior de puente ‘La Pepa’. Aprovechó el momento para aclarar que los motivos del retraso fueron por problemas de financiación. El parón más importante de la obra tuvo lugar en junio de 2010 cuando Dragados paralizó su construcción por el impago de dos certificaciones de obra. El puente recuperó el pulso en noviembre de ese año, pero ya se habían perdido cinco meses de trabajo. Esta situación obligó a reprogramar la obra y descartar el 12 de marzo de 2012 como fecha de estreno. Así, la fecha que se barajó después fue la del 12 de octubre de 2012.

El segundo revés tuvo lugar, precisamente, en 2011, cuando se ralentizó el trabajo de la construcción de los tableros ante el impago de la red tranviaria que discurre por la plataforma. Dragados reclamaba el pago de la infraestructura del tranvía que atraviesa la calzada del puente. Se trataba de un pago que tenía que resolver la Junta, sin embargo, admitió que no tenía dinero para afrontar la inversión de 27 millones de euros. Un convenio entre Fomento y la Junta arregló el entuerto y se enterró cualquier duda sobre la financiación de la obra. El Ministerio asumió el pago para no ralentizar más el proyecto. Desde entonces, la obra ha ido en tiempo y forma.