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Campbell avanza con el balón. / D. Pozo (Afp)
FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

Diego Costa revoluciona al Atlético

Los rojiblancos amplían su récord en el Calderón gracias al delantero brasileño, que desactivó y desquició al Betis

AMADOR GÓMEZ
MADRIDActualizado:

Pepe Mel dio en la clave el día anterior. «A Diego Costa es horroroso tenerlo enfrente y magnífico tenerlo en tu equipo», reconoció el técnico madrileño del Betis la víspera de enfrentarse de nuevo a un Atlético revolucionado por el delantero brasileño cuando el partido estaba adormecido y los rojiblancos, aun con Falcao, eran incapaces de superar a su rival. Pero fue saltar al campo el guerrillero Diego Costa y con el brasileño el Atlético fue otro muy distinto. Solo cinco minutos después de salir, les ganó la partida a todos los defensores en un saque de esquina y dejó vía libre a la 20ª victoria consecutiva del equipo de Simeone en el Calderón, ya la decimotercera de la presente temporada en Liga. Un récord que permite seguir soñando a este ‘Atleti’ que se ha acercado a nueve puntos del Barça y ya tiene motivos para pensar que es posible garantizarse un billete directo para la ‘Champions’, como segundo del campeonato.

En el partido de las imprecisiones, con el Atlético menos fresco que el Betis después de haber jugado Copa ante el Sevilla, fue Diego Costa, a balón parado, el que adelantó al Atlético y provocó que los verdiblancos, muy picados por la eliminación en cuartos en el torneo del KO, entrasen en el juego. El Betis buscó, con tirones de orejas y salivazos incluidos, al brasileño, al que le sobra agresividad, pero no le encontró, aunque Diego Costa se arriesgase a la expulsión en el minuto 66 por una dura entrada a Rubén Pérez. Lo que ocurrió poco después fue que solo vio amarilla, Cañas entró con todo a Diego Costa y el jerezano fingió ser víctima de una entrada que dio origen a una tangana entre ambos equipos de la que salió perdiendo el Betis.

A Diego Costa no dejaron de provocarle y entrarle con dureza los béticos para que picase. Sin embargo, cosa rara, el brasileño a quien antes tanto se le iba la cabeza, se reprimió todo lo que pudo -que ya es mucho para él- y permitió que el Atlético pudiese afrontar una recta final muy plácida para los rojiblancos en la que apenas se jugó. A falta de fútbol, las entradas, las broncas y las interrupciones hicieron crecer a los de Simeone y caer, sin ninguna otra capacidad de reacción, a los de Mel, desactivados y desquiciados por un delantero que es una bomba, para lo bueno y para lo malo. Y el Atlético, mientras tanto, disfruta de él.

Sin balones a Falcao

El rumbo del partido lo modificó Diego Costa, aunquelo pudo cambiar muy pronto Arda Turan si el turco no hubiese perdonado a los dos minutos ante Adrián, cuya mano evitó que el Atlético se adelantase y pudiese afrontar el choque con mayor tranquilidad. No fue el único error en el remate de Arda, que a los 20 minutos desperdiciaba otra clara ocasión, de las contadas que se le presentaron a los rojiblancos en una primera parte intensa pero bastante discreta de ambos equipos. Si el Atlético echó en falta balones a Falcao, a quien le falta ritmo, y más profundidad de Adrián, el Betis acusó demasiado que Rubén Castro estuvo demasiado desasistido arriba. El recién fichado Pabón también pasó desapercibido ante una defensa que, con la novedad de Domingo Cisma en el lateral izquierdo, tuvo un rendimiento notable en el primer tiempo para evitar algún disgusto.

Aunque el Atlético tiene hombres y capacidad para dominar en un Calderón que le da alas, se siente más a gusto esperando y golpeando a la contra, pero el Betis se replegó muy bien y permitió poco, aunque la entrada de Diego Costa sí dio más alegría y proyección ofensiva a los de Simeone, con gol incluido del brasileño a la salida de un córner. La presión en el medio campo de ambos -con Mario Suárez titular por primera vez este año en la Liga tras ser convocado por Del Bosque-, provocó la escasez de acierto en los pases y la ausencia de oportunidades, aunque fue el Atlético el que intentó llevar siempre el peso de un partido, confiando en que Falcao o Arda pudiesen resolver con alguna acción individual. Sin embargo, el turco quedó tocado con sus prematuros fallos y el colombiano entró tan poco en juego que apenas se le vio por el área que tanto domina. En esa tesitura hacía falta una revolución, y la hizo Diego Costa. Todo un peleas.