El Valencia no consigue tumbar al Barça
Messi volvió a marcar, de penalti, y Valdés salvó al final de la derrota a un equipo muy plano
Actualizado:Un Barça muy plano, muy poco vertical y que se soltó el pelo casi al final del partido, no pasó este domingo del empate en Mestalla, ante un Valencia muy ordenado, muy presionante y que fue mejor en amplios tramos del partido. Un paradón de Valdés en el minuto 90, cuando todo el estadio valencianista cantaba el gol de Soldado, permitió a los azulgrana no salir derrotados del antiguo Luis Casanova. Una tablas que dieron por buenas, porque todo lo que fuera sumar, teniendo en cuanta el pinchazo del Madrid en Granada, ya suponía incrementar la ventaja de los azulgrana sobre los blancos.
Sin desmerecer al Atlético de Madrid, que es el inmediato perseguidor del Barça, los 16 puntos de renta que los de Tito Vilanova le meten a los de José Morinho se antojan un distancia sideral, y el cuadro catalán será campeón a nada que haga una segunda vuelta más o menos solvente en casa. Entre la derrota del Madrid y que aún coleaba la resaca del derbi del miércoles en el Bernabéu, el caso es que al Barça se le notó en Mestalla que tampoco le iba la vida en el partido. Pudo ganar en los minutos finales, en los que los hombres de Ernesto Valverde bajaron la intensidad y dieron un paso atrás, aunque también pudo perder si Valdés no llega a disfrazarse de gato.
Los minutos finales, en cualquier caso, no hicieron justicia a lo que se había visto durante buena parte del partido. Al margen de los minutos iniciales, en los que el Valencia actuó con una cierta prudencia, porque seguramente aún tenía fresco el varapalo que le dio el Madrid en la primera parte hace quince días, el dominio del juego y el control del partido fue local. Valverde no se dejó amedrentar por el 0-5 del Madrid y planteó la misma estrategia que ante los blancos: una presión muy agobiante de los delanteros para entorpecer la salida de balón del contrario y asfixia por todo el campo para tratar de robar y lanzar contras muy rápidas a Soldado, Bernat y Guardado. Frente al Madrid, al ‘Txingurri’ le salió muy mal porque los blancos le mataron a la contra, pero contra el Barça fue todo un acierto, porque desactivó el juego combinativo, de pase corto y rápido de los azulgrana. La delantera visitante, formada por Messi, Iniesta y Pedro, la pedía al pie y ninguno de ellos buscaba el desmarque, lo que favorecía la presión ‘che’, que ahogaba la salida de Xavi, Busquets y Cesc, que fallaron más pases que nunca.
La posición de Guardado y Bernat, en las alas, tapando las entradas de Alves y Alba, también surtió efecto, y el factor sorpresa que suele producir la subida de los dos laterales del Barça apenas se vio en Mestalla. Además, entre Tino Costa y Víctor Ruiz barrieron todo balón que caía entre el área y la medular y el ataque culé no tuvo demasiadas ocasiones de lucirse.
Pocas rotaciones
Jordi Roura quiso dar continuidad al bloque que empató en Chamartín y al margen de Valdés y Mascherano, repitió equipo. Quizá debió buscar hombres que tuvieran más frescura o puede que él entendiera que sí la tenían, porque se esperaba un partido muy físico e igualado, con mucha presión. Pero el Valencia-Barcelona es un partido grande, de primer nivel, y puso lo mejor que tiene en estos momentos.
El Barça no jugó su mejor partido, pero arrancó un buen resultado. Sufrió porque volvió a cometer errores de bulto en la defensa. El 1-0 lo encajó por un despeje muy blandito y por la equivocación de Alves, que acudió en la ayuda de Piqué y dejó a Banega solo en el segundo palo. El argentino, que ha tenido una semana muy complicada, en la que su entrenador tuvo que ayudarle y desmentir que el viernes fue a entrenar borracho, se reconcilió con la grada con un gol que dio alas a los ‘che’. Era el minuto 33 y el Valencia se vino arriba. Por momentos se vio superior y encerró a su rival. Pero Joao Pereira cometió una imprudencia –ir como un toro a por Pedro- y el canario le vio venir y se dejó caer. Penalti. Bastante claro, aunque también innecesario y algo estúpido. Messi fusiló a Guaita desde los once metros y puso el empate. El Barça no jugaba bien, pero tiene una virtud en estos casos. Cuando le marcan, tiene capacidad de reacción, casi inmediata.
Tras el descanso, la tónica fue parecida. El Valencia siguió muy serio y jugó mucho mejor al espacio que su contrincante, que no conseguía cambiar de ritmo. Fue un partido muy plano de los culés, que jugaron con fuego. Aunque Villa y Cesc tuvieron dos ocasiones claras, el Valencia dispuso de cuatro o cinco. Sobre todo Soldado, que le pega desde cualquier sitio. Piqué se la comió, centró Cissokho y Soldado a punto estuvo de hacer el segundo. Pero lo porteros también juegan y Valdés salvó a su equipo.