Narraciones breves pero sustanciosas
'Cuentos del Renacimiento italiano’ recoge escritos y fragmentos de los clásicos que vivificaron el humanismo
MADRIDActualizado:Al igual que sucedió en las artes plásticas y la música, la literatura del Renacimiento italiano es en sí misma una reivindicación del humanismo. En estos tiempos de tribulación conviene echar una mirada a esos autores que apelan al espíritu burlón (Bocaccio), indagan en las leyes de la naturaleza (Da Vinci) o buscan la pureza moral (Savonarola). Bajo la premisa de que es preciso volver a la virtud que acerca al hombre de la felicidad, la editorial Gadir rescata cuentos y escritos de escritores que observaron que el hombre es capaz de las mayores perfidias, aunque también de los más nobles sentimientos. En ‘Cuentos del Renacimiento italiano concurren Boccaccio, Leonardo da Vinci, Leon Battista Alberti, Lorenzo de Medici y Maquiavelo, entre otros.
Para ser exactos, los escritos contenidos en el libro no son estrictamente cuentos, por la sencilla razón de que ese género, tal y como lo entendemos hoy, no existía en el siglo XV. Por tanto, lo que el lector puede encontrar en el volumen son relatos asimilables a ese género, que se acompañan de fábulas, aforismos y fragmentos de ensayos.
Conceptos como el amor, la inteligencia, la cortesía y el equilibrio fueron acuñados por griegos y latinos, y recuperados después por esos hombres que dejaron atrás la Edad Media y trataron de conducirse por la razón.
Hablar de hombres del Renacimiento significa referirse a personas de múltiples e inabarcables intereses y saberes, a los que nada de lo humano les era ajeno. Ahí está el genio polifacético de Leonardo Da Vinci, autor de una obra tan amplia como dispersa. Dotado de una energía y una vocación totalizadora, encarna cono nadie el concepto de hombre del Renacimiento. En sus escritos da muestra de su amor por la naturaleza. En este volumen se han seleccionado textos que resumen su pensamiento, en los que se refleja su convicción de que la naturaleza encierra un orden racional que obedece a principios matemáticos. “Quien vitupera la suma certeza de la matemática vitupera la razón”, dice en uno de sus asertos. Por su estilo, la escritura de Da Vinci, como escribió Mazzoni, es una “bella lama de acero en la mano de un buen empuñador”.
El libro se abre con tres cuentos de Boccaccio pertenecientes al ‘Decamerón’. Aunque cronológicamente Boccaccio, un hijo ilegítimo de un prominente mercader, se inscribe en la Edad Media, por su enfoque merece ser estudiado dentro del Renacimiento como precursor del humanismo que fue. En ‘El señor Ciappelletto’, ‘Lissabeta da Messina y ‘El rey de Pedro de Aragón y Lisa’ se desarrollan dos de los temas preferidos por el toscano: la inteligencia y el amor.
Leon Battista Alberti, con su prosa elegante y majestuosa, aporta tres relatos. El primero, ‘La araña’, es una alegoría moral, mientras que ‘El lago’ se afilia a la fabula política. El tercer cuento, ‘La mosca’, está preñado de un sutil humor y constituye un elogio a la sencillez.
La contribución de Savonarola al libro son unos fragmentos de orden político extraídos del tercer capítulo de su ‘Tratado sobre el gobierno de Florencia: De la felicidad de quien bien se comporta, y la miseria de los tiranos y sus secuaces’. Maquiavelo participa con una narración humorística que incluye una entristecida reflexión sobre el matrimonio. El cuento se complementa con el poema titulado ‘De los expulsados del cielo’, un canto carnavalesco al que el autor imprime un giro peculiar.