La ONU exige a Netanyahu que acabe con los asentamientos
Actualizado: GuardarEl nuevo Gobierno israelí, aún en proceso de creación, tiene un problema más sobre la mesa, un viejo problema como el de los asentamientos que apenas se ha tocado durante la campaña electoral, pero que le puede llevar ante la Justicia internacional. Después de casi un año de investigación, un equipo de la ONU dirigido por la juez francesa Christine Chanet ha publicado un informe en el que denuncia la política expansionista hebrea en Cisjordania y urge a las autoridades de Tel Aviv a «cumplir el artículo 49 de la Cuarta Convención de Ginebra» y a que pongan fin a su política de asentamientos «sin condiciones» para iniciar «inmediatamente la retirada de todos los asentamientos de los Territorios Palestinos ocupados».
Una petición radicalmente opuesta a la promesa electoral del primer ministro, Benjamín Netanyahu, líder de la coalición más votada en las elecciones, que mostró su intención de intensificar la ocupación. Ya lo hizo en 2012, año en el que la construcción de viviendas ilegales creció un 300% respeto al ejercicio anterior, según el último informe de la organización Paz Ahora.
Más de medio millón de israelíes viven más allá de la 'Línea Verde', frontera marcada en 1967, pese a las repetidas condenas por parte de organismos internacionales. Condenas como la elaborada por la ONU en las que se denuncia que los asentamientos están posibilitando «una anexión progresiva» que impide la viabilidad de un Estado palestino. Una política que «contraviene las normas de las Convenciones de Ginebra que prohiben el traslado de población civil a territorios ocupados» y esto constituiría un «crimen de guerra» con lo que pasaría a ser competencia del Tribunal Penal Internacional. Una institución a la que Palestina podría recurrir para denunciar «las graves violaciones de los derechos humanos», gracias a su reconocimiento como Estado observador de la ONU en noviembre.
El informe quedó eclipsado parcialmente por el supuesto ataque aéreo israelí contra un centro de investigación en Damasco (Siria), pero el Ministerio de Exteriores no tardó en mostrar su rechazo y calificarlo de «contraproducente y desafortunado». Israel no ha colaborado con los expertos de la ONU durante estos últimos meses y sigue apelando a la «negociación directa y sin condiciones previas» con los palestinos.