Artículos

Viento de levante

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

E n Cádiz, hay mucho viento y mucho arte. Solo así se explica que el más del 40% de los gaditanos consiga ingeniárselas para vivir del aire porque no tienen ni trabajo. Los datos son para enmarcarlos ya que sitúan a la provincia a la cabeza del paro en España y en Europa. Y es que, poco ha poco, hemos ido dejando que el tejido industrial se muera. El sector naval tiene como principal actividad la convocatoria de manifestaciones para pedir más carga de trabajo. La construcción está en horas bajas, -por no decir muertas-, en toda España así que ni un atisbo de esperanza para nuestra ciudad. Delphi, Visteon, el sector pesquero... la amenaza de los despidos acecha a los pocos que aún conservan su trabajo. El panorama es desalentador y la hilera de demandantes empleo no parece tener un límite conocido. Hace poco me contaron que el hermano de un primo de un conocido de un amigo mío había encontrado trabajo a través del SAE. Toda una hazaña cuando hasta la plantilla del Servicio Andaluz de Empleo padece los ajustes.

La cuesta de enero ha llegado con una subida de los precios y de los parados pero antes de decir adiós nos deja un rayo de esperanza en Fitur, la feria de turismo que comienza mañana en Madrid. La cita tiene como objetivo la promoción de la provincia para atraer inversores. En esta ocasión, será el atún el encargado de conducir la muestra. El ronqueo y la pesca del atún de almadraba esconden un arte milenario perfeccionado con siglos de práctica y dedicación. Los pescadores gaditanos saben bien del esfuerzo de los hombres que baten las aguas para cerrar el cerco y conducir a los peces hasta el copo donde se capturan, uno por uno, los plateados túnidos de los que se seleccionarán los más grandes, los que en la lonja serán despiezados y fileteados por manos expertas en el arte del ronqueo. Todo un espectáculo que se ensombrece cuando vemos que 233.600 gaditanos siguen sin trabajo. Si extrapolamos el dato a España, la cifra equivaldría a más de nueve millones de personas en paro, pero claro, no en toda España sopla el levante tan fuerte, ni se tiene tanto arte para sobrevivir.