Familiares de los fallecidos en la discoteca aguardan para identificar los cadáveres en el gimnasio municipal de Santa María. :: N. VARELLA / EFE
MUNDO

Detienen a los dueños de la discoteca de Brasil y al músico que lanzó la bengala

Los testigos aseguran que los propietarios del local trataron de destruir pruebas del incendio que mató a 233 universitarios

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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La investigación del incendio en el que murieron 233 jóvenes en la discoteca Kiss de la ciudad brasileña de Santa María comienza a producir detenciones, en medio del inmenso dolor de las familias que ayer empezaron a enterrar a sus seres queridos. El país permanece conmocionado después de ver cómo la tragedia del sábado por la noche empaña su imagen de potencia organizadora del Mundial de Fútbol del próximo año y de los Juegos Olímpicos de 2016.

La Policía ha constatado, a través de numerosos testimonios, que la fiesta universitaria que congregó a unas 500 personas se torció cuando una bengala lanzada por el cantante del grupo Gurizada Fandangueira, Marcelo de Jesús dos Santos, impactó contra el aislamiento acústico del techo. El vocalista está detenido, acusado de homicidio imprudente, y también el encargado de seguridad del grupo, Luciano Bonila. La banda perdió en el siniestro al acordeonista; se cree que habría podido salvarse pero quiso recuperar el instrumento.

Según los testigos, el fuego se extendió por la discoteca en segundos y la acumulación de materiales sintéticos produjo una densa humareda tóxica que sembró el pánico entre los jóvenes que buscaban la calle. Algunos entraron en los baños confundiéndolos con salidas de emergencia, para morir allí por decenas, asfixiados y aplastados. La mayoría se dirigió hacia la única puerta de Kiss, que servía para entrar y salir y que los vigilantes bloquearon durante unos instantes -se supone que de buena fe, porque algunos de ellos murieron en el tumulto- por creer que la multitud trataba de marcharse sin pagar las consumiciones.

El plan de la FIFA

El hecho de que la licencia de actividad de Kiss estuviera caducada desde el año pasado y la evidencia de que carecía de plan contra incendios o sistema de evacuación llevó a la detención de los dos propietarios de la discoteca. Elissandro 'Kiko' Spohr fue arrestado en la vecina ciudad de Cruz Alta, a donde había viajado según su abogado para ser atendido en un hospital por síntomas de intoxicación y temeroso de permanecer en Santa María porque dijo haber recibido amenazas de muerte. Su socio, Mauro Hoffmann, se entregó en una comisaría.

Según revelaron los investigadores, veinte testigos declararon que hubo órdenes para retirar de la discoteca los equipos de vídeo internos y la caja registradora. Este supuesto intento de hacer desaparecer pruebas llevó al juez Regis Bertolini a encarcelar a los dos propietarios. Spohr alegó que las cámaras llevaban tres meses en mantenimiento.

Mientras, centenares de familiares y amigos sin consuelo dieron el último adiós a los fallecidos. Fue precisa la ayuda del Ejército en el cementerio municipal para excavar tal número de tumbas. 112 personas siguen hospitalizadas, 79 de ellas en cuidados intensivos. La tragedia forzó a suspender el comienzo de la cuenta atrás de los 500 días para el Mundial' 14. El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, eligió precisamente el día de ayer para garantizar que la organización del campeonato tiene «un plan de emergencia para evacuar un estadio completo en ocho minutos».