Beatriz de Holanda abdica para dar paso «a otra generación»
La reina, que cumplirá el jueves 75 años, deja el trono a Guillermo, el primer monarca varón neerlandés desde 1890
BRUSELAS.Actualizado:Holanda coronará el próximo 30 de abril al séptimo monarca de la dinastía de los Orange. El príncipe Guillermo, que contrajo matrimonio con la argentina Máxima Zorreguieta en 2002, accederá dentro de tres meses al trono en sustitución de su madre, la popular reina Beatriz. A punto de cumplir los 75 años, la soberana de Países Bajos anunció ayer en un discurso televisado su decisión de abdicar en favor de su hijo primogénito. La noticia no sorprendió a los holandeses, que ven casi como una tradición no escrita el hecho de que sus jefes de Estado dejen paso a sus sucesores cuando alcanzan una edad avanzada. Desde el año pasado, Beatriz es la monarca más longeva en la historia del país.
La reina se dirigió a sus casi 17 millones de súbditos en una breve intervención que había sido grabada previamente. Sentada en un austero despacho en el que no se veía ni siquiera una fotografía, Beatriz explicó que había llegado la hora de que «las nuevas generaciones» tomen las riendas del país. Según agregó, el príncipe Guillermo y la princesa Máxima están «enteramente preparados» y cuentan con toda su «confianza». El matrimonio accederá al trono el 30 de abril, día de la Fiesta de la Reina y la misma fecha en la que la soberana fue coronada en 1980. El primer ministro, el liberal Mark Rutte, también compareció para expresar su respaldo a los futuros monarcas.
La abdicación permite a Beatriz seguir la estela de su madre, la reina Juliana, y su abuela Guillermina. Ambas dejaron la jefatura del Estado cuando rondaban los 70 años. La actual soberana, que cumplirá los 75 pasado mañana, ha esperado a tener una edad redonda para renunciar a la corona. Además, ha hecho coincidir su retirada con el bicentenario de la monarquía holandesa que se celebrará a finales de este ejercicio. Aunque el cargo ha perdido los poderes constitucionales de antaño, durante una larga época fue fundamental en la vida política holandesa. En un país marcado por la atomización parlamentaria, la soberana se ocupaba de nombrar al mediador que dirigía las negociaciones tras las elecciones.
Pese a que la renuncia flotaba en el ambiente desde hace varios años, se especula con que varios acontecimientos han retrasado la decisión de Beatriz. El más lejano ocurrió, precisamente, durante la celebración de la Fiesta de la Reina en 2009. Entonces, un conductor mató a ocho personas al arrollar a la multitud que aguardaba al autobús descapotable de la familia real. Más recientemente, su hijo mediano sufrió un grave accidente cuanto practicaba esquí. Friso, que se encuentra en coma desde el año pasado, se vio sepultado por una avalancha.
'Consejera delegada'
El príncipe Guillermo se convertirá en el primer varón que asciende al trono desde 1890. Aunque sus inicios fueron difíciles, tanto el heredero como la princesa Máxima han conseguido conectar con la población. Antes de su matrimonio, muchos ciudadanos desconfiaban de su actitud excesivamente verbenera y lamentaban sus encontronazos con la prensa. La boda con Zorreguieta, hija de un ministro argentino durante la dictadura, también levantó ampollas.
Con el paso de los años, la imagen de la pareja ha cambiado sustancialmente. La simpatía de Máxima ha seducido a los holandeses, pero también los nuevos aires introducidos en la casa real por su esposo. Piloto de avión, diplomado en Historia y miembro del Comité Olímpico Internacional, Guillermo, de 45 años, ofrece un perfil más progresista que el de su madre y apuesta por acercarse con mayor ímpetu a los ciudadanos. Para ello, no ha dudado en recurrir a las nuevas tecnologías y acostumbra a contar en un blog sus viajes al extranjero. Pese a esta sintonía con sus compatriotas, tampoco han faltado las polémicas. En 2009, el matrimonio se vio obligado a vender una lujosa casa adquirida en una playa de Mozambique por las críticas ante la pobreza del país.
Guillermo comparte con su madre el pasado de un matrimonio controvertido. La soberana desató la ira del país al casarse en 1966 con el diplomático alemán Claus van Amsberg, un antiguo miembro de las Juventudes Hitlerianas. El consorte, fallecido en 2002, se ganó poco a poco el cariño de la población, pero durante la boda se produjeron disturbios. Beatriz, que ayer confesó no sentirse fatigada por su trabajo, ha recibido varios sobrenombres en su reinado. Durante años, se la conoció como la 'princesa de la sonrisa' y, más recientemente, como la 'consejera delegada' de Holanda. Este último apelativo le viene por sus reuniones con políticos, embajadores y miembros de la sociedad.