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Trabajadores de la empresa en la protesta que realizaron ayer. :: C. C.
Ciudadanos

Los trabajadores de Brassica vuelven a protestar por los impagos

La plantilla de almacén y los transportistas no han sido subrogados por la nueva empresa de los comedores y piden que se resuelva su futuro

C. C.
SAN FERNANDO.Actualizado:

Acumular cinco meses sin cobrar es una carga imposible de soportar para una familia. El banco, las facturas y los seguros no perdonan. Los retrasos se convierten en intereses, todo ello engorda la deuda y finalmente aparece el miedo a perder todo por lo que se ha luchado durante una vida. Y además la plantilla de Brassica que no ha sido subrogada por la nueva empresa encargada de los comedores, tiene que lidiar con la incertidumbre de no saber si cambiará la situación o seguirá igual.

Es por ello que el personal de almacén y los transportistas decidieron ayer continuar con las protestas en la puerta del domicilio del dueño de la empresa. En total son diez los afectados que piden una solución urgente a este problema, ya que apenas tienen margen de maniobra ante tantos gastos y la falta de ingresos.

De hecho, están estudiando la posibilidad de denunciar al responsable de Brassica por incumplimiento de contrato. Esperaban que se les hubiera rescindido y por lo menos poder acudir a los subsidios y ayudas por desempleo, pero sigue sin producirse una reunión entre los trabajadores y la dirección de la empresa para determinar este extremo. La última noticia que tienen es que con ellos se pretende hacer un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), pero la decisión no es firme y por lo tanto la plantilla continúa con la huelga, ante el impago de sus nóminas.

El problema es que si levantaran la huelga temen el seguir trabajando sin cobrar, aunque tampoco sabrían qué tipo de tareas se les encomendaría, puesto que Brassica ha perdido todos los colegios que llevaba en la provincia. Incluso han denunciado la existencia de una gran cantidad de palés de comida en los almacenes que se ha echado a perder ante la falta de un mantenimiento adecuado.

Una situación complicada puesto que ninguno ve una salida al conflicto. Ni siquiera los que llevan más de diez años colaborando con el dueño de la empresa. Las que sí están más satisfechas son las encargadas de los comedores que aseguran que el cambio de empresa (ellas sí han sido subrogadas) se ha notado de inmediato especialmente en la calidad de los menús. Por ello esperan recuperar a gran parte de los niños que se dieron de baja por los problemas con la comida.