La victoria de Zeman devuelve a la República Checa al europeísmo
PRAGA.Actualizado:El próximo 8 de marzo, cuando jure su cargo, Milos Zeman se convertirá en el primer presidente de la República Checa elegido por sufragio directo y en el tercer jefe del Estado desde la separación de Eslovaquia, en 1993. Zeman, de 68 años, que ha anunciado que su primera visita oficial será a la capital eslovaca, ganó ayer las presidenciales en segunda vuelta con el 55% de los votos frente al actual ministro de Exteriores, Karel Schwarzenberg, y de él se espera un decidido impulso a las relaciones con la Unión Europea después de la etapa de antieuropeísmo a ultranza de su antecesor, Vaclav Klaus.
Zeman apuesta por que la UE avance por el camino federalista y se aleje de una estructura centralizada que reclama cada vez más competencias a los países miembros y aspira a gobernar todos los ámbitos desde Bruselas. Persigue además a un mejor aprovechamiento checo de los fondos estructurales europeos y, en el ámbito interno, promueve grandes proyectos estatales de inversión para crear empleo. Su rechazo a las políticas de recorte del gasto público o las pensiones le han enfrentado a la coalición de centroderecha en el Gobierno; su llegada a la residencia presidencial del Castillo de Praga augura tensión con la Academia de Skrata, sede el Ejecutivo del conservador Petr Necas.
Antiguo comunista
En los años 60 del pasado siglo Zeman militó en el Partido Comunista de la entonces Checoslovaquia. Sus críticas a la invasión soviética que aplastó la 'Primavera de Praga' en 1968 le costaron la expulsión de la formación y lo convirtieron en una voz incómoda para el régimen totalitario que cedió paso a la democracia en 1990. Entre 1998 y 2002 fue primer ministro del Gobierno socialdemócrata que negoció en gran parte la entrada en la UE dos años más tarde. Su triunfo de ayer le permite sacarse la espina de su fracasado intento de ser presidente hace nueve años.
El perdedor de los comicios, Karel Schwarzenberg, es un aristócrata de 75 años, también europeísta y popular entre el electorado urbano más joven. Heredero político del segundo presidente del país, el dramaturgo Vaclav Havel, Schwarzenberg había recibido el apoyo de intelectuales y artistas. No fue suficiente para contrarrestar una campaña tildada de sucia, en la que medios sensacionalistas, el presidente saliente y su propio rival de ayer -al que se reprocha un cierto populismo- explotaron los prejuicios históricos contra su ascendencia noble y su origen alemán.