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fútbol | primera división

Cristiano destruye al Getafe

El Madrid despertó a tiempo de golear a un rival blando que se queja de una falta de Carvalho a Moyà en el gol de Ramos que le descerrajó

IGNACIO TYLKO
MADRIDActualizado:

El Madrid compareció sin el ritmo exigible en la alta competición pero le sobró con un extraordinario despegue en la segunda mitad para arrollar a un Getafe de buena técnica y nula contundencia. Un partido muchas veces visto en el Bernabéu y en el que solo hubo emoción hasta que los locales descerrajaron al rival. Lo hicieron fruto de un gol polémico de Ramos, ya que hubo falta al portero de Carvalho, pero el triunfo es indiscutible, incontestable.

Cristiano Ronaldo, autor de un ‘hat trick’ en apenas diez minutos que le aúpa hasta los 21 goles en Liga, ejerció una vez más el papel de actor principal. Se gustó ante la mirada de su madre y su hijo desde un palco. Firmó tres dianas casi sin querer, producto más de la inercia, de su calidad y de su potencia descomunal, que de un gran esfuerzo. Una definición ejemplar de un contragolpe, un certero cabezazo, un penalti y a descansar, porque el de Madeira se quejaba de un golpe que inquietaba al madridismo con el clásico a la vista. Cuando el luso encuentra espacios y decide que ha llegado su momento, el enemigo puede darse por muerto.

Los blancos hallaron varios motivos para imponerse con la ley del mínimo esfuerzo: la Copa a la vuelta de la esquina, la Liga perdida, un rival poco mediático enfrente, el horario, un Bernabéu sin llenarse... El primero que no dio suma importancia al duelo fue Mourinho a la hora de confeccionar la alineación. Con el Barça a una distancia insuperable, el luso pensó más en el inminente clásico que en un Getafe en crisis que acumula nueve partidos oficiales sin ganar.

Era un secreto a voces que jugaría Adán, y también Ramos, Coentrao y Di María, sancionados en la ida de la semifinal copera. Pero dejar en el banquillo a Xabi Alonso entraña su riesgo. Ymás si los blancos se ven obligados a tener el balón, a llevar la iniciativa ante un rival que adelantó bien la zaga, juntó las líneas y no se descompuso en el primer acto. El tolosarra es clave porque es el único capaz de variar el juego en corto y en largo.

Modric y Özil no mezclaron bien en ese período inicial. Su calidad, toque y desparpajo son indiscutibles, pero se solaparon. Salió el croata más retrasado, cerca de Essien, pero careció del protagonismo que se le reclama a un futbolista de alto coste. Y el alemán estuvo discontinuo. Dejó destellos de ‘crack’, pero no terminó de echarse al equipo sobre los hombros.

El Madrid llegó a disfrutar de una posesión del 75% en ese lapso, pero solo cuando se desplegaba al contragolpe dio sensación de verdadero peligro. Aun así, ya mereció irse al descanso en ventaja. Lo evitó Moyà. Acertó el portero, que sonó para reforzar a los blancos tras la lesión de Iker Casillas, al desviar un golpe franco lanzado por Cristiano, salir de cabeza para abortar un gran pase sobre Di María en una contra, y atajar un tiro en semifallo de Özil.

Mejor con Khedira

Coentrao, justo es decirlo, fue de lo mejor del Madrid en ataque. Lo intentó mucho más que Ramos, apocado por la banda derecha. Con Colunga solo ante el peligro, el ‘Geta’ apenas inquietó. Y cuando lo hizo se encontró con un Adán muy seguro. La mejor acción del portero, una salida rápida y decidida a los pies de Diego Castro. Se produjo en el inicio del partido y le dio seguridad.

El choque se reanudó con un cambio clave. ‘Mou’ retiró a Albiol, amonestado, e introdujo a Khedira. Essien pasó al lateral y Ramos al eje de la zaga. Con el tunecino-alemán, la media local ganó en equilibrio. De sus botas partió el 1-0.Enorme disparo lejano, gran parada de Moyà, que se rehizo para desviar el remate posterior a bocajarro de Coentrao. En el córner, el portero midió mal. Se le escapó el balón y Ramos, con la ayuda de Valera, abrió la lata. Carvalho le metió el brazo para dificultar la salida, pero Moyà erró.

Rendición azulona, coser y cantar para el campeón, ya con el viento a favor. Higuaín erró de cabeza en posición inmejorable antes de que, ya con huecos, Cristiano ejercía su magisterio. Özil puso la pausa y el luso sentenció de certero disparo, raso y cruzado. Y eso que se ya se quejaba de algunos dolores. Con la testa y desde el punto fatídico, tras un derribo claro pero innecesario de Lopo a Modric, Ronaldo cerró la mañana. Minutos para Callejón, siempre bien dispuesto, y Benzema. El Madrid cumplió el trámite con goles pero sin excesos. Ya espera al Barça. Y nadie se acordó de Casillas.