El PSC podría sancionar a los cinco diputados díscolos

Las aguas bajan muy revueltas en el seno del PSC. El desmarque de cinco diputados, que ayer decidieron no votar en el Parlament para no seguir la disciplina del grupo socialista, que votó en contra de la declaración soberanista, tiene "deprimida" a la formación política, que estudia sancionar a los cinco parlamentarios díscolos. "Todos los partidos tienen códigos o reglamentos internos de funcionamiento, y nosotros tenemos uno que tiene un menú de sanciones". Lo ha anunciado esta mañana el portavoz de los socialistas catalanes, Maurici Lucena, que no ha querido confirmar si la medida disciplinaria será o no muy grave con la ex consellera Marina Geli, Joan Ignasi Elena, Núria Ventura, Rocío Martínez Sempre y el alcalde de Lérida, Àngel Ros, los cinco parlamentarios que no siguieron la disciplina del partido.

La decisión la tomará el lunes que viene la ejecutiva del partido, en una sesión que se presume muy tensa. "Hoy no es un gran día para el PSC", ha resumido Lucena, sobre el sentir general en la formación socialista. Desde la dirección del PSC interpretan la indisciplina de cinco de sus veinte diputados, todos ellos del sector más catalanista, que está en posiciones próximas al soberanismo, como una demostración más de la tensión que genera el debate identitario. "Viví con tristeza y dolor la ruptura de la disciplina de voto, fue una sesión de aquellas que cuesta olvidar", ha afirmado Lucena.

Desde el sector catalanista, Montserrat Tura, alejada de la política, ha criticado a la dirección del PSC, por situar al partido junto al PP y Ciutadans Tura. “No podemos estar en las posiciones del PP y Ciutadans, que tienen una visión de España muy distinta a nosotros. La decisión del PSC nos deja a muchos en la perifería del partido”, ha afirmado. La situación es crítica en la formación, que ya sufrió recientemente la fuga de Ernest Maragall, que ha creado un partido nuevo, y que podría padecer nuevas escisiones. Tura ha apuntado directamente contra el primer secretario, Pere Navarro, que no es capaz de trazar “puentes” entre las distintas sensibilidades del partido.