Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
SALUD | TRATAMIENTOS

Apuestan por comenzar con la triple vírica a los 12 meses

Los pediatras enfatizan la importancia inmunizar contra el virus del papiloma humano (a las niñas de 11 a 14 años, aunque recomienda hacerlo sobre los 11 años.

JOSÉ LUIS ALVAREZ
MADRIDActualizado:

La Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda vacunar con la triple vírica a los 12 meses de edad, tras el repunte de los casos de sarampión registrado durante 2011. Sin embargo, pone de manifiesto que todavía quedan comunidades autónomas donde la vacuna continúa siendo administrada a los 15 meses, una situación que, a juicio del doctor David Moreno, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la AEP, “no es la más adecuada en la actualidad, dados los casos que se pueden producir antes de llegar a los 15 meses de edad, lo que también facilita la expansión del virus”.

Los especialistas recomiendan también administrar la segunda dosis entre los 2 y los 3 años de edad, preferentemente durante el segundo año. “Al tiempo que aumenta la inmunogenicidad de la vacuna, disminuye las posibilidades de que algunos niños no lleguen a vacunarse, situación que ocurre de manera más frecuente cuando la administración de esta vacuna se realiza entre los 3 y 6 años”, asegura Moreno. Los pediatras también resaltan como “poco adecuado” que aún algunas comunidades autónomas administran la segunda dosis de triple vírica a los 6 años.

El calendario 2013 también enfatiza la importancia de vacunar de manera activa frente al virus del papiloma humano (VPH) a las niñas de 11 a 14 años, aunque sugiere adelantar la inmunización lo antes posible, a los 11 años, con el fin de que aumente la cobertura, puesto que más de la mitad de las regiones registran aún una escasa tasa de vacunación.

Además, los expertos del Comité Asesor de Vacunas se reafirman en la necesidad de incluir la vacunación frente al neumococo en el calendario de vacunación sistemático. A este respecto reiteran su rechazo a decisiones como la de la Comunidad de Madrid, que hace unos meses decidió dejar de financiar la vacuna. Este tipo de medidas, a juicio de David Moreno, “suponen un retroceso en el control de las infecciones neumocócicas de los niños y de los adultos, y se prevé que se revierta el descenso de la enfermedad neumocócica, así como la inmunidad de grupo conseguidas tras el inicio de la vacunación sistemática en el año 2006 en esta comunidad autónoma”.

No obstante, a partir de este año, el País Vasco se suma a Galicia en la vacunación universal gratuita frente al neumococo de todos los lactantes, “una noticia que la AEP ha acogido con enorme satisfacción”, según reconoce el coordinador del comité asesor de vacunas, que opina que “los calendarios de vacunaciones tienen que ser dinámicos y adaptarse a los cambios epidemiológicos que vayan surgiendo, así como a la incorporación de nuevas vacunas o novedades relacionadas con las vacunas ya existentes”.

Sin disparidades

Los pediatras también han hecho un llamamiento a las comunidades para que eliminen las disparidades étnicas, territoriales, sociales y económicas. En opinión del doctor Moreno, “se considera un objetivo primordial poner al día el calendario de vacunación de los niños inmigrantes, no solo para lograr su protección individual ante las enfermedades inmunoprevenibles, sino también para evitar bolsas de población susceptible que puedan dar lugar a la aparición de brotes epidémicos”.

Los especialistas recuerdan los tres niveles de vacunación. En el primero están las sistemáticas, que deberían ser financiadas por el Sistema Nacional de Salud. En ellas se incluyen las vacunas frente a la hepatitis B, la difteria, el tétanos, la tos ferina, la poliomielitis, el Haemophilus influenzae tipo b, el meningococo C, el neumococo, el sarampión, la rubeola y la parotiditis y el virus del papiloma humano.

El segundo nivel lo constituyen las denominadas vacunas recomendadas. En este apartado figuran la vacuna frente al rotavirus y la vacunación universal frente a la varicela en niños, a partir de los 12 meses. Estas pueden ser priorizadas en función de los recursos para su financiación pública.

El tercer nivel lo forman las vacunas recomendadas a grupos de riesgo, como las de la gripe estacional y la de la hepatitis A. En el caso de la gripe para aquellos niños que puedan desarrollar formas graves de la infección, complicaciones o sufrir una mayor mortalidad a consecuencia de otras dolencias que padezcan, y en el caso de la hepatitis A, en los que vayan a viajar a países de endemicidad intermedia o alta de este patógeno, residentes en instituciones cerradas y receptores de hemoderivados de forma reiterada, entre otras circunstancias.