El príncipe Guillermo de Inglaterra. / J. Stiwell (Efe)
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Los talibanes dicen que el príncipe Enrique tiene «un problema mental»

Compara el disparo de misiles y ametralladoras contra los insurgentes a jugar con una videoconsola

LONDRES Actualizado: Guardar
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El príncipe Enrique de Gales, que en una entrevista publicada ayer afirmó que que disparar contra los insurgentes en Afganistán era como jugar a los videojuegos, "tiene probablemente un problema mental", ha señalado hoy un portavoz de los talibanes. "Hay 49 países con sus poderosos ejércitos fracasando en la lucha contra los muyahidines y ahora viene el príncipe y compara esta guerra con sus juegos de PlayStation o como se llamen", ha explicado Zabiulá Mujahid.

El lunes, el ministerio británico de Defensa anunció que el príncipe Enrique había terminado su misión de Afganistán tras 20 semanas como piloto artillero de helicópteros Apache. "Es un placer para mí [ser piloto] porque soy una de esas personas a las que le gusta jugar a la PlayStation y a la XBox, o sea que con mis pulgares quiero pensar que soy probablemente bastante útil", señáló el príncipe a la agencia Press Association, que lo entrevistó en tres ocasiones en Afganistán. "Cobrarse una vida para salvar una vida (...) es en lo que consiste, supongo", añadió el príncipe, que admitió haber matado a algunos talibanes.

Interrogado por periodistas durante su estancia en Camp Bastion, la mayor base británica en Afganistán, sobre si había matado insurgentes desde su helicóptero de combate, el príncipe Enrique , de 28 años, contestó: "Sí, como ha hecho mucha gente". "Cobrarse una vida para salvar una vida (...) es en lo que consiste, supongo", agregó el príncipe en declaraciones a la agencia Press Association, que lo entrevistó en tres ocasiones en el terreno con la condición de no divulgar nada hasta el final de la misión. "Si hay gente tratando de hacer algo malo contra los nuestros, entonces los ponemos fuera de juego", precisó el joven, que integraba un escuadrón de 130 personas.

La misión de Enrique, o el 'Capitán Wales' como se le conoce en el ejército, consistió en vigilar, apoyar a las tropas de la coalición que luchaban contra los talibanes, escoltar a otros aparatos en misiones de rescate y, en caso de necesidad, entrar en combate.