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Un técnio sujeta un cultivo de 'E. coli'. / Archivo
SALUD

¿Dónde se esconden los bichos?

Son minúsculos e imperceptibles pero pueden causar diferentes enfermedades que se podrían evitar con una higiene adecuada, son los gérmenes.

COQUI ZARRANZ
MADRIDActualizado:

Hemos oído hasta la saciedad lo importante que es lavarse las manos, no morderse las uñas, no llevarse los dedos a la boca y un largo etcétera. La razón, cada vez que hacemos ese pequeño gesto de acercarnos la mano a los labios, estamos introduciendo en nuestro organismo millones de bichos microscópicos que podrían acarrearnos más de un problema. Pero, ¿dónde se esconden?

Desde el banco de la cocina donde preparamos la comida, al volante del coche, al teclado del ordenador o a la carta de un restaurante, que pasa por cientos de manos diferentes al día. Solo hay que pensar en los miles de objetos que tocamos a lo largo de una jornada cualquiera, tanto en nuestra propia casa como fuera de ella.

Diversos estudios realizados en todo el mundo advierten de los peligros y las soluciones que tienen las bacterias que no vemos pero que tenemos al lado. Por ejemplo, la rodaja de limón que el camarero de turno pone en nuestra bebida. Un trabajo publicado en el ‘Journal of Environmental Health’ alerta de que cerca del 70% de las rodajas de este cítrico contenía más de 20 microorganismos, entre otros, el ‘E. coli’. Este tipo de bacteria suele ser inofensivo pero puede llegar a causar fuertes y sangrantes diarreas.

Otro escondite que suelen elegir los ‘bichos’ y en el que no solemos pensar es el menú de los restaurantes. Una reciente investigación, publicada en el ‘Journal of Medical Virology’, ha puesto de manifiesto que el invisible virus de la gripe sobrevive hasta casi 20 horas en las superficies duras.

Incluso en los lugares más limpios, relucientes y por lo tanto insospechados habitan los gérmenes. En los botones del ascensor del hotel más lujoso del mundo, en la ropa de la mejor tienda, en los grifos de cualquier baño, público o privado. Y una lista interminable.

Si nos parásemos a pensar la de cosas que tocamos a lo largo del día viviríamos con unos guantes puestos para evitar las bacterias y los gérmenes. Pero no se trata de convertirse en el escrupuloso y maniático personaje que interpreta Jack Nicholson en ‘Mejor imposible’. Basta con mantener una higiene adecuada y con parar a pensárselo dos veces antes de poner las manos en cualquier sitio.