El incierto futuro del Roma
Por el momento sigue estudiando las propuestas que tiene sobre la mesa e incluso existe la posibilidad de que los empleados sigan con la actividadEl dueño del hotel tiene varias ofertas pero no le convencen
SAN FERNANDO.Actualizado:Es uno de los edificios emblemáticos de la calle Real. Casi perenne. Parte de la historia de San Fernando. Pero, al igual que la ciudad, en los próximos meses puede sufrir un gran cambio. El dueño del hotel Roma, Francisco Fajardo, ha puesto en venta el equipamiento y sobre la mesa tiene varias ofertas. Por el momento ninguna de las propuestas le convencen. Estudia cada iniciativa que le llega, incluso la posibilidad de que sean los propios trabajadores los que se queden para continuar la actividad.
Pero no hay nada seguro. Lo único que no hay fecha para tomar una decisión. Fajardo quiere jubilarse pero aún no tiene decidido el cuándo. Mientras tanto estará abierto y a la espera de las novedades, porque el inmueble sigue en venta. Sin embargo, el propietario tampoco descarta nada. Si el centro sigue paralizado al tráfico y no se realiza un plan adecuado, Fajardo se plantea echar el cierre y venderlo para su reestructuración en pisos. Un futuro incierto que se despejará durante este año.
El precio del hotel es de 600.000 euros y tal y como se describe en los anuncios que aparecen en internet, el edificio consta de dos plantas de 250 metros, con 14 habitaciones, cada una de ellas con cuarto de baño completo, televisión, aire acondicionado frío-calor, armarios, teléfono. Amplio salón social, reciente reforma completa del hotel, así como 'office', almacén y energía solar.
En el precio entra la parte derecha del hotel que es de su propiedad, mientras que la otra mitad es alquilada aunque no existiría problema para seguir con el alquiler, al menos en el caso de que conserve la actividad hotelera.
Con 50 años este inmueble se ha convertido en una imagen habitual de la calle Real, por el que han pasado miles de personas y que vivió muy buenos momentos, sobre todo cuando la instrucción militar era obligatoria y La Isla se conocía por la importancia de sus instalaciones y dependencias. Poco a poco fue perdiendo ese protagonismo en Defensa y con el corte al tráfico en la calle Real y las dificultades para llegar a él, el hotel pasó su peor época. Ahora la vida en la vía resurge pero los accesos siguen sin estar bien señalizados, mientras continúa esperándose que pase el tranvía.