Navantia se embarca en el offshore
La empresa abre nuevas vías de negocio ante la imposibilidad de mantener con vida los astilleros con la construcción naval
Actualizado: GuardarEl acuerdo firmado en junio de 2011 entre Navantia y Acciona para el desarrollo del negocio eólico era el principio de una nueva y fructífera historia comercial. De esta forma, la empresa naval tomaba posiciones en otros sectores industriales que no eran, precisamente, el suyo. La dirección de Navantia lleva más de un año invirtiendo en I+D para embarcarse en la construcción de grandes estructuras eólico-marinas. Durante 2012, un equipo ha trabajado en el diseño de plataformas y generadores, que han servido como experimento para desarrollar los primeros prototipos. Navantia busca alternativas ante la crisis que sufre la construcción naval. Los recortes presupuestarios que han aplicado en los últimos años todos los gobiernos en el capítulo de defensa han sentenciado casi de muerte a esta empresa pública española, que observa como sus astilleros languidecen por falta de carga de trabajo. Renovarse o morir. El Gobierno español ha sido uno de los que ha metido la tijera en el gasto militar recortando en planes para la renovación de la flota o en programas para la construcción de nuevos barcos de guerra. La principal fuente de ingresos de la compañía se cerró en 2010 y, desde entonces, ha intentado sin éxito firmar contratos en el exterior. La competencia de los astilleros asiáticos y la nueva filosofía internacional de construir barcos mediante la transferencia tecnológica han dinamitando el futuro de la industria naval en España. Ante esta situación no ha quedado más remedio que buscar otros yacimientos de negocio. Un ejemplo de la versatilidad de la empresa y de su diversificación ha sido la conquista del mercado de reparaciones de los cruceros, hasta ahora en manos de franceses y nórdicos. La segunda apuesta de Navantia se abre ahora en el mercado offshore.