«No tengáis miedo, hermanos argelinos, salid en paz»

Las declaraciones de los supervivientes del asalto a la planta de gas de Tigantourine van dibujando un relato terrorífico. «Era una pesadilla, una situación horrible», declaró a Le Monde Belhadj, un trabajador argelino. Los secuestradores «nos reunieron en el restaurante» y separaron a los nacionales de los extranjeros. «Nos dijeron: hermanos argelinos, no tengáis miedo, salid en paz, somos hermanos, todos somos musulmanes». Otro empleado aseguró a la emisora francesa RFI que los terroristas a los que él vió estaban «bien armados, vestían ropa afgana y tenían barba».

Brahim, un empleado de BP atrapado en la planta hasta el jueves por la tarde, vivió una auténtica aventura para huir. Según relató al canal France 24, el miércoles se despertó con las alarmas. «Después, oímos disparos. Salimos de las casas prefabricadas donde vivimos y tratamos de ocultarnos en un lugar seguro. Había un espacio entre el suelo y el piso de mi bungalow, así que me deslicé debajo».

Cuando el ejército argelino comenzó el ataque el jueves, Brahim y sus compañeros vencieron el miedo y abrieron la valla que circundaba el recinto y la atravesaron. «Fuimos recogidos por las fuerzas especiales estacionadas a unas decenas de metros de la base. No miré atrás», confesó. «El ejército nos interrogó y luego nos entregó a la policía, que nos condujo al aeropuerto».

En otra parte de las instalaciones Alexandre Berceaux, un empleado francés de la empresa de hostelería y logística CIS Catering, pasó casi 40 horas escondido en su habitación «debajo de la cama. Puse tablas por todas partes por si acaso. Tenía un poco de comida, algo para beber, no sabía cuánto tiempo iba a durar», dijo a la emisora Europe 1. Sólo salió cuando vió a militares junto a colegas suyos: «nadie se esperaba algo así».